Lo sucederá su hijo Kim Jong-un.
El gobierno de Corea del Sur advirtió hoy que la salida de escena del mandatario de Corea del Norte incrementará la incertidumbre a corto plazo, y recordó además que su país está «completamente preparado» y mantendrá la calma ante «lo que pueda suceder» en la nación vecina.
«Es difícil decir con exactitud qué va a suceder y cuáles van a ser sus efectos, pero debemos estar completamente preparados ante lo que pueda suceder en Corea del Norte», explicó el ministro de Finanzas surcoreano, Bahk Jae Wan.
Por su parte, el gobierno alemán de la canciller Angela Merkel instó hoy a Pyongiang a «aprovechar las oportunidades que se le abren» con la muerte de su máximo líder para llevar a cabo reformas «significativas» que permitan una apertura del país.
«Será un importante cambio de dirección en Corea del Norte que será relevante para la estabilidad toda la región», subrayó el ministro de Exteriores, Guido Westerwelle, de visita oficial en Londres.
El diplomático alemán arriesgó, además, que el deceso de Kim representa «una oportunidad» para el país. «Esperamos de corazón que se aproveche esta oportunidad que se le ofrece a la gente de Corea del Norte», comentó.
El pueblo norcoreano «está sufriendo con esa dictadura», agregó, y «necesita más bienestar y nuevos impulsos para el proceso de paz».
Kim Jong-il, un personaje que se distinguía por una pronunciada melena un poco pasada de moda, zapatos con tacos dobles para disimular su baja estatura, y cierta debilidad por la buena mesa, va a ser recordado, al igual que su padre Kim Il Sung, por gobernar a su país con un régimen stalinista.
En tanto, oficialmente se informó que Kim Jong-un, el hijo menor del mandatario fallecido, es el «gran sucesor» de su padre.
Se trata de un hombre jóven, de alrededor de 30 años, con escasa experiencia política.
Sin embargo, estaba en el centro de las especulaciones sobre el posible sucesor de su progenitor desde su ascenso a general de cuatro estrellas en septiembre de 2010, y su posterior inclusión en la cúpula de poder quedó claro que su padre prácticamente lo había declarado su «príncipe heredero».
Como telón de fondo de estos acontecimientos, las fuerzas de combate norcoreanas dispararon un misil de corto alcance en el este del país, en el marco de nuevas pruebas realizadas el mismo día en que se conoció la muerte del máximo líder norcoreano, según aseguró hoy la agencia de noticias surcoreana Yonhap citando al gobierno de Seúl.
«Es difícil decir con exactitud qué va a suceder y cuáles van a ser sus efectos, pero debemos estar completamente preparados ante lo que pueda suceder en Corea del Norte y, por tanto, seremos capaces de afrontar todas las situaciones sin demasiados impactos si reaccionamos con calma», explicó el ministro de Finanzas surcoreano, Bahk Jae Wan.
El funcionario puso en marcha también un grupo de trabajo de emergencia con la misión de vigilar la situación, presidido por el viceministro Shin Je Yoon, según se explicó en un comunicado difundido por la agencia de noticias Europa Press.
Kim, de 69 años, murió a causa de un infarto, informaron los medios de comunicación norcoreanos y su deceso fue conocido a través de un comunicado leído por un presentador de la televisión estatal, quien realizó el anuncio vestido completamente de negro.
Kim Jong-il murió a las 8.30 (hora local), de la mañana del 17 de diciembre, por exceso de trabajo durante un viaje en tren, informó la agencia de noticias norcoreana KCNA.
Por su parte, el presidente de Corea del Sur, Lee Myung Bak, hizo un llamamiento a la calma entre la población tras la muerte de Kim, según informó la Presidencia a través de un comunicado recogido por la agencia de noticias Yonhap.
Finalmente, la agencia crediticia Fitch informó a través de un comunicado de que la muerte de Kim Jong-il no es suficiente motivo para una rebaja de calificación de la deuda surcoreana, ya que es demasiado pronto para determinar las consecuencias que esa muerte tendrán sobre la economía de Corea del Sur.