Como fui testigo directo de sus ideas en educación puedo decir con mucha confianza lo que Beyer piensa en Educación, en especial a nivel escolar.
1.- Harald Beyer es un tecnócrata brillante, maneja muy bien las matemáticas y las estadísticas, presentando informes con numerosa evidencia que respaldan sus dichos. Su nicho de trabajo académico es el Centro de Estudios Públicos (CEP) ligado a la derecha liberal. Su nomenclatura argumental se basa en la “evidencia”, no en la política o la “ideología”.
2.- Su costumbre es abrumar a la audiencia con evidencia ‘científica’ que respalde su posición. Por lo general convencimientos muy difíciles de contradecir para alguien poco preparado en las ciencias estadísticas. Bayer entiende que una tremenda argumentación casi irrefutable es el uso de gráficos y tablas extraídas de bases de datos que solo él y un grupo de investigadores pueden ubicar en la burocracia de los ministerios.
3.- Bayer conoce claramente que las audiencias son reacias a contraargumentar sus estudios, conclusiones y axiomas, debido a la inhibición que genera el miedo al ridículo por no entender las tablas y gráficos de cierta dificultad. Más que la dialéctica, la argumentación, las frases cliché, los eslogans, la lógica, el idioma de Beyer es la evidencia estadística en el cual entiende y se convence.
4.- El nuevo ministro de educación, es un animal neoliberal. 100% darwiniano social. Cree religiosamente en la teoría de la selección natural, la competencia por los recursos y la lucha por la existencia como motor del desarrollo del sistema escolar chileno. Para el nuevo ministro, el Estado es un ente perturbador de la libre iniciativa de los emprendedores y/o sostenedores privados en la educación. Es ferviente defensor del voucher (o subvención de escolaridad por alumno trasladable de escuela a escuela).
5.- Es un adversario acérrimo del Estatuto Docente y del Colegio de Profesores, a donde por años ha apuntado sus dardos estadísticos que, según él, dejan en evidencia la desastrosa calidad de la educación municipal y la defensa que denomina “grupos de interés”. Es ferviente creyente de la libertad de elegir que deben tener los padres para escoger los colegios donde deben estudiar sus hijos. Jamás entenderá las argumentaciones que le señalen un sistema escolar segregado, discriminatorio, la violencia escolar, ya que introducir políticas para evitarlas es parte de la insostenible intervención del Estado en las escuelas. Su argumentación es muy simple, esos problemas desaparecerán solo producto de la efectiva selección natural, de los padres que abandonen a las malas escuelas y éstas, por ser más débiles, morirán. El Estado solo debe poner la lápida.
6.- Harald Beyer cree en la educación privada subvencionada por el Estado, muy poco interventor. Casi de ninguna regulación. El critica que el rol del Ministerio de Educación actual es de demasiada intervención, por medio de los bonos y leyes especiales en el ámbito de remuneraciones de los docentes. Según él, es el sostenedor (público o privado) que debe negociar directamente con los profesores en forma individual sus sueldos, y que el Ministerio de Educación deje de cumplir el rol de interlocutor en las negociaciones anuales de las remuneraciones.
7.- No cree en la educación pública, menos municipal o estatal. Según sus estudios la educación del Estado se deterioró fuertemente cuando se masificó desde lo años 70 en adelante. Ya que la gran calidad que demostraba hasta los años 1960 era porque sólo estudiaba una élite de chilenos. Para Bayer, no tiene ninguna relevancia el Golpe de Estado, la expulsión, persecusión y asesinatos de estudiantes y profesores, tanto en escuelas y universidades, y posterior privatización en el actual conflicto en educación. Para Bayer la actual crisis educativa se debe a que hay mucho Estado en el sistema escolar, ya que sólo debe abocarse a subvencionar y no intervenir.
8.- Actualmente Bayer ha variado su discurso de libertad plena a la iniciativa privada, para entrar a un discurso de mayor regulación por parte del Estado a los sostenedores privados a nivel escolar o universitario. Lo que no significa que esté de acuerdo con un mayor control del Estado sobre la escuelas, para su visión darwininana, y por tanto de Selección Natural, el Estado será el ente que se encargue de excluir a aquellos actores que no estén aptos para sobrevivir a nuevos estrés ambientales, llámese índices de calidad, ejemplo, Simces, PSU, Acreditación, etc. Como la competencia pura y directa no dio buenos resultados, entonces se le agrega depredación. Las escuelas que no cumplan con los estándares serán asfixiadas y eliminadas en esta lucha por la existencia. El Ministerio, la Superintendencia de Educación y la Agencias de Calidad, serán los depredadores topes, el Gran Hermano de Orwell.
Finalmente Beyer en un tecnócrata muy trabajólico, asesor de los grupos económicos y parlamentarios de la derecha neoliberal usando sus argumentaciones de evidencia irrefutable, voucher, libre elección, competencia, lucro, etc. Es representante típico de una tecnocracia que se da aires de pureza ideológica, no contaminada de ideologismo alguno. Su poder no son las palabras, son los números y llegada directa a los medios de comunicación como El Mercurio y La Tercera, habituales publicadores de sus consignas estadísticas.
Con claridad irrefutable el nuevo Ministro de Educación es absolutamente va en dirección opuesta a los que pide la ciudadanía y, en especial, el movimiento estudiantil, Si éste pide mayor presencia del Estado, Beyer responderá menor intromisión, más estándares, más stress, más competencia. Si los estudiantes piden más comunidad, Bayer dirá más individualismo (libertad de elegir para él). ¿Más solidaridad? Su respuesta será más competencia. ¿No al lucro? Será lucro regulado.
En definitiva será un diálogo inútil. Bayer sólo sabe el idioma del los números, no habla en sus papers de altruismo, ética, compromiso, comunidad, colaboración, emociones, afectos, apego, arraigo. Nada que tenga que ver con los procesos pedagógicos. En su biblioteca, no existe Paulo Freire, Vigotsky, Freinet, Montessori, Piaguet, Cassasus, Maturana, Varela, Naranjo, etc. Por su parte la estantería está llena de economistas, estadísticos, ingenieros sociales y uno que otro evolucionista neodarwioniano.