Ya no más marchas desautorizadas, ya no más barricadas, ya no más luchas con las fuerzas policiales, ya no más rotura de mobiliario público… Ha llegado el momento de aumentar la presión para desestabilizar al sistema, pero sin exponerse, ni exponer a nadie al abuso de los poderosos. Basta ya de no saber si nuestros hijos, hermanos y padres, regresarán a casa o no.., si serán atropellados por las fuerzas del orden o no, si serán acusados de algo inventado o no.
Nunca antes había visto a una generación con el grado de compromiso por el futuro como ahora. Unos jóvenes estudiosos e informados que se han parado frente al poder para exigir el cambio de paradigma; en la educación, en las seudo-democracias y en estados totalitarios.
Los mayores estamos también en este proceso de cambio, apoyando y conteniendo a nuestros hijos e hijas, saliendo a las plazas con cacerolas y levantando nuestra voz a los cielos, para pedir que se les escuche, porque todos queremos que las cosas cambien. Bien sabemos las mayorías lo legítimas de sus demandas. En nuestro país los papás con hijos estudiando, siguen pagando los elevadísimos costos de la educación de sus hijos todos los meses, a pesar de la toma, el paro y las angustias de no saber si será o no año perdido.
Se ha montado un movimiento civil nacional por el cambio, se han sostenido los paros y tomas por más de cuatro meses, hemos producido manifestaciones sostenidas a lo largo y ancho del país y llegado a mostrar la voz de los estudiantes a pesar del boicot de los medios de comunicación. Se han llevado las demandas a las dependencias del poder político y, acabamos de vivir, como hito significativo para nuestra historia, el primer plebiscito nacional con la participación masiva de los ciudadanos, mostrando al mundo un medio más de la lucha noviolenta en un país donde aún continúa la infamia heredada de una dictadura aborrecedora de la democracia real.
Los estudiantes y quienes estamos acompañando este proceso, hemos de hacer frente a los cínicos, estos, por ejemplo, que ahora preguntan exaltados de a dónde saldrá el dinero para costear la gratuidad de la educación, tratando con esto de dividir y debilitar a los estudiantes con argumentos que salen de su mirada hipócrita e individualista, pretendiendo convencernos que la educación no es un tema social, sino personal, que detrás del mismo hay sólo números y no una ideología fundamentante del estado de las cosas.
La extorsión a la lucha de los jóvenes por parte del gobierno se viene recrudeciendo, ahora con más represión, creando las condiciones para tratarlos como delincuentes y encarcelarlos.
Debemos ser claros y enfáticos en esto: Es inútil luchar con violencia contra los violentos. Los sostenedores del actual sistema, tienen el poder para hacer leyes más represivas y controladoras, para encerrar a los indignados e inconformes; apalearlos avasallando todos los derechos humanos y su dignidad con total impunidad. Tiene el monopolio de la violencia, cuentan con el dinero y toda la maquinaria que necesitan para lanzar su garra frente a los inconformes de sus políticas, sean estas mayorías o minorías. Van confundiendo, espantando y creando el miedo a través de sus guardias pretorianas armadas, los medios de comunicación y los opinólogos a su servicio.
¿Qué hacer frente a un estado policiaco neofascista?
**¡¡El vacío!!**
Los desbordes sociales se suceden en todas partes del mundo y cuando estos son violentos el sistema a combatir se fortalece. El sistema fracasó y hay que cambiarlo. Esto las mayorías lo sabemos, pero este se defiende y, como digo, cuenta con la fuerza suficiente y los medios para frenar las acciones de fuerza de sus opositores. Y si la cosa se pone más fea, ni siquiera las leyes existentes protegerán a la gente, porque ellos manejan el poder como les place. Frente a todo esto: ¿Qué nos enseña la historia?
India con Gandhi y la lucha noviolenta (Ahimsa) nos dejó el buen ejemplo a seguir en estos momentos de Revolución Mundial. En nuestro país hoy es la educación y su gratuidad y calidad, mañana será la salud y quizás después la vivienda. En otras partes se está exigiendo el salto evolutivo de las democracias formales a las reales. Los hay que han comenzado a señalar a los culpables de la deshumanización del mundo, a la banca y el gran capital. Vienen cayendo las dictaduras de los mundos árabes y musulmanes.
Estamos frente a la manifestación planetaria de los primeros atisbos de un cambio muy grande, tanto que no llegamos a representárnoslo. Nos estamos jugando la dirección de salida de esta última etapa de la prehistoria humana y, al tiempo, estamos frente al arribo de las primeras piedras de una nueva civilización constructora de la historia, una realmente humana y planetaria. Además, demostrado ha quedado, que todo lo que hagamos acá influye e influirá en el mundo entero, así como venimos recibiendo toda la influencia de las fuerzas del cambio actual de resto del mundo.
¿Qué hacer en estos momentos, cómo seguir con el proceso para el cambio y hasta donde hemos de llegar para lograr el cambio demandado por las mayorías?
No podemos pedirles a los creadores e impulsores del sistema actual que diseñen el cambio en la educación que se requiere en estos tiempos, porque ellos se quedaron enclavados en un mundo que ya no está. Alguien dijo que para ellos el tema del lucro, de la competencia y el individualismo hacía parte de su religión y, por tanto, me parece ingenua la postura de que asuman los grandes cambios estructurales que hoy demandan las poblaciones, no podrán hacerlo ni en los temas educativos y mucho menos en los grandes encuadres que requiere la organización social en Chile.
Debemos hacerles saber, con mucha más fuerza de lo hecho hasta ahora, que este proceso de cambio vino para quedarse y que no cejaremos en nuestro esfuerzo y lucha por la gratuidad y calidad de nuestra educación. Debemos hacerles saber que estamos dispuestos a vaciar las escuelas, los liceos y las universidades. Que hablaremos hasta más no poder de la necesidad de vaciar todas las estructuras educativas institucionalizadas. Diremos simplemente que toda estructura educativa cuyo cimiento esté montado sobre el sistema de lucro servil a la economía antihumanista, será vaciada.
En ellas ni un profesor progresista estará dando clases, ni un alumno comprometido con su futuro y el de otros asistiendo a ellas. Si es preciso nos trasladaremos a los parques, al interior de las casas, a donde podamos hacer asambleas y encuentros. Pediremos que los profesores hagan sus clases fuera de las aulas de estos establecimientos; en plazas públicas y otros lugares… Usaremos los sitios de reunión vecinal, gimnasios, teatros…, o cualquier lugar apropiado para hacer clases, hasta las iglesias cuando no haya oficios, pero para todos será muy claro que estarán fuera de las estructuras educativas institucionales.
Tenemos mucho conocimiento acumulado. Tendrán que saber que podremos ir rápidamente cualificando los métodos y reorganizando todo. Y el sistema no podrá, porque no se lo permitiremos más, machacar a ningún estudiante más, a ningún docente y padre más. Este será el primer paso fuerte y consistente de la desobediencia civil, pero también podremos ir preparando otras medidas de presión.
Diremos más fuertemente, que no queremos su educación, su negocio indecente y sobre todo que: ¡no les necesitamos, porque el cambio lo haremos nosotros!
Les haremos entender que estamos dispuestos a no dar ni un peso más para cualquier estamento público y privado que enmarque sus actividades dentro de los programas actuales. Que dejaremos de pagar los créditos y las mensualidades a estos, porque quedarán vacios de alumnos y profesores. Reinventaremos todo: El profesor podrá vivir del apoyo directo de sus alumnos y los alumnos obtener los conocimientos de sus profesores. Podrán organizarse alumnos, padres, docentes y administrativos para arrendar las dependencias educativas disponibles, construir otras y continuar las actividades educativas de forma autónoma y, autogestionada por todos los implicados de dicho establecimiento, pero no por/con ellos, dejaremos de responder a las autoridades designadas por los poderes actuales. Cuando nos amenacen con el no reconocimiento oficial de los conocimientos adquiridos, nos buscaremos el respaldo necesario de entidades que no estén bajo su tutela en todas partes del mundo para obtener el reconocimiento necesario.
Que sepan los políticos y comerciantes de la educación (y que los de la salud vayan tomando nota), que estamos dispuestos a vaciar el sistema educativo institucionalizado, porque hemos comenzado revolucionariamente a poner en marcha el que queremos, sin sus mezquinos intereses, con la solidaridad y los modos de un mundo nuevo, que ellos no podrán entender porque sus miradas provienen de un mundo que ya no está.
Meditemos en las consecuencias que una postura de fuerza como la que estoy, a modo de pinceladas, describiendo y proponiendo, estas formas de lucha que son constructivas y noviolentas, pueden lograr… A mi modo de ver, las únicas a aplicar frente al violento sistema actual, para el logro de los grandes cambios que exigen los estudiantes y quienes estamos acompañando este magno proceso.