El resultado da vía libre a la formalización de la enmienda constitucional que permitirá que, en principio, más de 722.000 paraguayos registrados como residentes en el exterior puedan votar en las próximas elecciones generales.

El artículo a modificar en la Constitución es el 120, que considera electores a “los paraguayos radicados en el territorio nacional, sin distinción, que hayan cumplido 18 años”.

Una vez que se sancione la enmienda, los paraguayos mayores residentes en el exterior y debidamente empadronados no sólo podrán votar sino también aspirar a ser electos como presidente, vicepresidente, senadores y parlamentarios del Mercosur, entre otros cargos.

En cambio, no podrán postularse a diputados nacionales o a gobernadores departamentales (provinciales) ni tampoco para ejercer cargos electivos municipales.

Según datos oficiales, son 722.155 los paraguayos residentes en el exterior registrados, aunque la justicia electoral iniciará mañana mismo, a través de las embajadas y consulados, una campaña de inscripción para actualizar el padrón, anunció Carlos Ljubetic, asesor jurídico del TSJE.

La jornada se caracterizó por la ausencia de incidentes y por la baja concurrencia a las urnas, que resultó muy inferior a la que habían estimado autoridades y analistas, del orden de 40 por ciento de un electorado de poco más de tres millones de ciudadanos.

El presidente Fernando Lugo afirmó que hoy los paraguayos decidieron “dar un paso cívico como nación, al escribir esa página demorada en la historia, abriendo las puertas a los hermanos y hermanas que” hasta ahora habían sido “postergados en su derecho a elegir el destino de su país”.

En un comunicado difundido tras el cierre de las urnas, el mandatario señaló que “quizás habrá tiempo para evaluar, o quizás la conciencia de cada sector político y social ayudará para discernir el énfasis que se ha puesto en esta causa pese a la belleza de los discursos previos”.

En la nota, publicada en el sitio web de la Presidencia, Lugo remarcó que “el gobierno tuvo un solo discurso”, que fue el de “apoyar el derecho a la participación, y está francamente orgulloso de haberlo hecho”.

Más temprano, cuando se había informado oficialmente que hasta mediodía había acudido a las urnas sólo ocho por ciento del padrón, el jefe del Gabinete Civil de la Presidencia, Miguel López Perito, calificó como “lamentable” la poca participación pero consideró que el hecho de que se hubieran constituido las 5.309 mesas previstas y que el referendo estuviera “en pleno proceso” ya era “de por sí un éxito”, informó la agencia noticiosa estatal IP Paraguay.

El ministro del Interior, Carlos Filizzola, reportó que para garantizar la seguridad del acto se desplegaron unos 20.000 agentes policiales y que el resto de los efectivos de la Policía Nacional se mantuvieron acuartelados, con el objeto de procurar una jornada “sin ningún incidente”.

Por otra parte, la jefa de la Misión de Observación Electoral de la OEA, la ex canciller colombiana Noemí Sanín, calificó como “interesante” a la nueva modalidad digital de control de votante implementada como plan piloto por la justicia electoral paraguaya durante el referendo.

La de hoy fue la primera consulta popular a los paraguayos en los 22 años que el país lleva desde que recuperó la democracia y resultó también la cita electoral con más baja participación, muy por debajo del récord anterior, de 49,95 por ciento en los comicios municipales de 2006, informó el diario ABC Color.

Mientras tanto, en siete centros de votación ubicados en la Ciudad de Buenos Aires y su conurbano se realizó hasta las 16 un simulacro de votación.

En la Argentina vive la mayor cantidad de paraguayos fuera de su país.