L@s niñ@s, desde l@s más pequeñit@s, acompañad@s por
sus padres, fabricaron juguetes no violentos con materiales reciclables, compartiendo la
dificultad de darle forma a un chanchito o a una tortuga que nunca antes habían hecho.
También se concentraron por largo tiempo en dos, tres, cuatro y cinco dedos enredados
en lanas de colores para fabricar bufandas que luego llevaban al cuello y, mientras tanto,
conversaban entre ell@s o con las personas de las distintas organizaciones.

Más adelante, con el acompañamiento de l@s jóvenes Ñetas, diseñaban y hacian sus
propios graffitis en telas blancas, uno de ellos decía “Vive la no-violencia”. Después,
con la manos diestras de quienes saben hacer figuras de origami, fabricaron aviones de
papel y los echaron a volar, para después compartir las piruetas de los jóvenes expertos
en el arte del StreetBall, que con amabilidad y paciencia enseñaron a grandes y chic@s
que tod@s podemos, aunque parezca imposible y que “así son muchas cosas en la vida,
siempre podemos, aunque no lo parezca”, decía los propios chic@s. Grandes y chic@s
también se conectaron con su cuerpo en las prácticas de Tai Chi y gimnasia cerebral.

Llegó el momento del pedido conjunto por la paz y la no-violencia y, cada quien desde
su sitio y muchos concentrados en el espacio libre, con la mano en el corazón y los
ojos cerrados, pidieron con verdad por una vida buena y no violentas para tod@s. Un
momento de silencio y conexión que sin duda fue compartido por muchos alrededor del
planeta.

El Mensaje de Silo llevó adelante la ceremonia de reconocimiento, testimonial y
potente, la ceremonia permitió a much@s reconocerse en una opción de vida coherente
y no-violenta, en una búsqueda de trascendencia y, por si fuera poco, el Centro de
Estudios Humanistas llevaba adelante un espacio de lectura de textos y poemas
referidos a la no-violencia, acompañados por música y canto.

Al terminar el día, l@s participantes tuvieron la oportunidad de participar en un espacio
de charla-taller experimental en torno a la prevención de la violencia basada en el
amor incondicional, preparado por Lorena Vinueza y en el segundo taller de desarrollo
personal, preparado por el INSFHOE.

“Estar aquí es como estar en otro mundo, pero lo mejor de estar aquí, es saber que es en
este mundo, que en este mundo, como dice la frase de la Feria, la no-violencia también
existe”. De este modo lo expresaba uno de los visitantes de la Feria, pidiendo que esta
experiencia se multiplique, se difunda, llegue a más y más cada vez.