En cuanto a las motivaciones las guerras actuales no tienen nada de modernas, lo que las mueve es la misma mente primitiva. Ya podrán aparecer Sarkozy, Barack Obama o David Cameron en los actuales púlpitos a disfrazarnos sus guerras con las palabras al uso del siglo XXI, sin embargo detrás de todo ello, detrás de esa absurda farsa hay un profundo desconocimiento del ser humano, de su evolución, de sus posibilidades futuras y un enajenamiento evidente por parte de semejantes personajes que se otorgan el derecho a matar.
En lo que sí son diferentes las guerras actuales es en los medios de devastación rápida de que hoy en día se dispone. Y también son diferentes en cuanto que se generan y desarrollan de modo simultáneo en los medios de comunicación y propaganda. Por lo tanto, las víctimas somos todos puesto que estamos en el punto de mira de estas bombas criminales informativas. Si estamos atentos podemos ver como toda esta basura informativa destruye los psiquismos a nuestro alrededor y nos deja mal heridos a nosotros mismos, derrotados y entristecidos cuando vemos la gran maquinaria de manipular que está organizada en todo el mundo.
**El ejemplo de Libia**
El año pasado, cuando todavía no estaba iniciada la invasión, TVE dedicaba a Libia el programa *“Españoles en el Mundo”*. Allí se mostraba un país encantador, con gente acogedora y amable, que dejaba abierta las puertas de sus casas sin ningún tipo de temor. Sin duda que gracias a la abundancia petrolífera Libia alcanzó índice de desarrollo humano (IDH) más alto de toda áfrica. [El IDH es un indicador del desarrollo humano por país, elaborado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). Se basa en un indicador social estadístico compuesto por tres parámetros: salud, educación y calidad de vida].
Es muy recomendable investigar sobre los grandes logros de la Jamahiriyah Árabe Libia Popular Socialista, desde 1977, tras la expulsión del rey Idris. En pocas décadas se realizaron grades avances en materia de salud, de educación, de vivienda, las infraestructuras para hacer llegar el agua a los rincones más remotos del desierto. Igualmente interesante la preocupación de Gaddafi por la región africana, quien fue el principal impulsor de la creación de unos Estados Unidos de África, convirtiéndose en el presidente de la Unión Africana en 2009, elegido por los jefes de estado del continente.
Sin embargo a pesar de toda la prosperidad, bienestar y equilibrio social modélico Libia estaba en el punto de mira de los genocidas, que ni mucho menos desean un continente africano fuerte e independiente.
Esto que los medios han llamado Primavera Árabe es una burda farsa fabricada en EEUU. Detrás de algunas revueltas verdaderas han ocultado otras que no lo eran. Es un clásico esquema de desestabilización que viene realizando la CIA hace muchos años, cuyo fin último es la expropiación de los recursos económicos y la generación de dependencia y esclavitud. Claros ejemplos los tuvimos en Latinoamérica en la década del 70 a través de las dictaduras militares del denominado cono sur, arrasando con la sostenibilidad y el equilibrio, creando deudas externas crónicas.
Las revueltas en Libia sencillamente no existieron. Lo que se emitió por TV era un escenario prefabricado en otro lugar. Las primeras imágenes televisivas del mes de marzo eran incapaces de hacer una toma general de la Plaza Verde de Trípoli, limitándose a mostrar unos cuantos hombres agitando banderas en un primer plano engañoso. Después nos hablaron de represión del régimen utilizando artillería pesada y aviación. En esto se basó la resolución de la ONU para invadir el país y para militarizar a individuos foráneos y desarraigados a los que llamaron Rebeldes. Mientras tanto la prensa rusa, ajena al complot, recurrió a imágenes de satélites para desmentir estas supuestas represiones y así lo informaron mundialmente. Pero la maquinaria de propaganda ya estaba en marcha y tras una mentira siguieron inventando otras incesantemente.
Ahora Libia es un lugar de terror y caos donde los cadáveres se pudren en las calles. Tan sólo EEUU lleva gastados 1.000 millones de dólares en esta guerra y países como Francia se gasta un millón por día desde marzo, Italia y Reino Unido no se quedan atrás y España ha invertido por ahora 50 millones. No resulta difícil imaginar la destrucción producida por semejante despliegue.
La joya de esta guerra ha sido el famoso misil Tomahawk cuyo coste oscila entre un millón y un millón y medio de dólares, misil de largo alcance con cabeza nuclear de uranio empobrecido. Tan solo los primeros días de la operación lanzaron 160 y desde entonces la desproporción genocida ha seguido aumentando más y más. Ya sin freno, al ver que no ha surgido una oposición mundial la resolución de la ONU se ha convertido en una guerra devastadora de las proporciones de la guerra de Irak. En estas guerras también se aprovecha para experimentar otras armas secretas, capaces de reducirá a cenizas un tanque y carbonizar todo a su alrededor.
*»No he visto una guerra más sucia»* – Los bombardeos nocturnos aterrorizan a la población civil en Libia -titular de El País del 27 de septiembre. *»Los rebeldes atacan desde las once de la mañana a las siete de la tarde. Pero lo peor son los bombardeos de la OTAN, que suelen ocurrir por la noche a partir de las once. Y disparan contra cualquier edificio. Hace dos días no pararon de tirar bombas durante seis horas. He visto morir niños, mujeres, hombres como si fueran animales, comentaba un ciudadano de Sirte”*.
No quiero abundar en la tragedia. Es muy terrible. Tan solo decir que Libia es un ejemplo muy claro del lío en el que estamos. Lo más terrible es que hay muchísimos ejemplos en todo el continente africano. Ya no podemos seguir ignorando como está armado el mundo.
**Los monopolios de la información**
Está muy claro que hay unos amos del mundo que no pestañean ante la muerte el genocidio y cuyo único interés es el máximo lucro económico. Verdaderos locos psicópatas que nos dirigen.
A continuación rescato algunos párrafos del un excelente artículo titulado *“La prensa mundial y el negocio de la mentira”* que publicaba la web [taringa.net](taringa.net) hace unos meses.
*»UPI, AP, AFP, Reuters, ANSA, BBC, etc. Algunas de estas siglas pueden parecernos ajenas aunque, sin embargo, son los nombres de las agencias periodísticas que controlan el 90 % de la información a nivel mundial»*.
*»Seis grandes grupos empresariales, 4 de ellos de EEUU e Inglaterra y 2 de la Unión Europea, concentran las principales cadenas de televisión, emisoras de radio, periódicos, revistas, editoriales, productoras de cine, agencias publicitarias, discográficas y otras empresas de comunicación. Son los gigantes de la comunicación, poderosas maquinarias en manos de una elite económica, que ejercen el control mundial de la información y son creadores de matrices de opinión pública, patrones de conducta, valores y estilos de vida. Este reducido y selecto club ofrece una información homologada y uniformada coincidente con una visión del mundo que legitima sus intereses»*.
*»Según la información que recibimos sólo se producen 4 o 5 hechos por día, “dignos de ser noticia”, en un planeta de 7.000 millones de habitantes, con una superficie de 510.101.000 Km.2 y todas las agencias informativas los captan al mismo tiempo»*.
*»Si realmente estas agencias fueran independientes, no todas las agencias publicarían exactamente los mismos “temas del día”, con leves variantes en los titulares, ni tampoco cabría la existencia de una perspectiva e interpretación única de esas noticias. Es evidente que las noticias son escogidas adrede y diseñadas con un propósito»*.
*»Consecuencia de ello, la opinión pública es modelada según los intereses financieros y de una elite dominante, con el objetivo de fijar un “pensamiento único” impuesto desde los clanes bancarios y políticas mundiales que responden a unos pocos billonarios y que redunda en la concepción de un único mundo posible, con un único “sistema económico viable”. Se trata de la misma estructura que hoy destruye la biodiversidad necesaria para la vida y supervivencia de la especie: el corrupto sistema monetario»*.
*»La humanidad empobrecida o esclava sufre una evidente paradoja: la información que le sirve para entender el mundo, es fabricada en los mismos centros de poder económico y político responsables de su saqueo y sometimiento»*.
**El activismo social y la prensa alternativa**
Pero sería muy injusto no mencionar a los activistas que no se rinden. Hoy en día es una fuerza en marcha. Tenemos el ejemplo de Leonor que vivía en Libia y se daba cuenta de cómo se estaba mintiendo, entonces creó un blog que se llama Leonor en Libia y hoy en día se ha convertido en un referente de información sobre la situación del país, distinta a la del monopolio.
Hay muchos ejemplos de medios de referencia alternativos en Internet como Rebelión, Democracy Now! o Red Voltaire, además de autores que contando con prestigio profesional se expresan claramente, como Rafael Poch en su Diario de Berlín. A todo ello se suma una cantidad creciente de investigadores independientes que siguen el ejemplo de Michel Chossudovsky, Thierry Meyssan o Michel Collon haciendo el papel de verdaderos corresponsales en foros como el de Burbuja.
En el contexto de la prensa independiente se inscribe Pressenza, agencia especializada sobre la paz, la no-violencia, el humanismo y la no discriminación, puesta en marcha por voluntarios de los cinco continentes.
Podemos concluir que el activismo está en marcha. Todos nosotros, indignados del 15M somos activistas.
**A fin de cuentas, una cuestión personal existencial**
El panorama es muy aplastante. Nos hace sentirnos cada vez más pequeños, lo cierto es que dan ganas de no saber y vivir la ilusión del sistema inhumano como si no pasara nada, tomarnos la pastillita azul como en Matrix y olvidarlo todo.
Pero la historia nos muestra que el ser humano no ser rindió nunca, hay ejemplos de momentos históricos donde se apostó por el respeto, por la evolución, por el conocimiento.
Aquí estamos ante una cuestión existencial: ¿Por dónde dirijo mi vida? Qué hago en esta encrucijada? Ahí está el sueño, la mentira, un futuro que es un mero decorado. Detrás de ese decorado no ha nada, ninguna garantía ninguna verdadera estabilidad. ¿Me identifico con los demás o no? ¿De qué va mi vida? ¿Qué se supone que hago aquí?
A través de estas preguntas se accede a comprensiones profundas de uno mismo y de toda la humanidad, pero es cada cual quien debe hacérselas. Son preguntas lanzadas al vacio, cuyas respuestas no son concretas, no están cifradas en el lenguaje cotidiano. Pero esa frecuencia es la puerta de una vida con otras posibilidades y eso solo depende de uno.
A fin de cuentas todos vamos a morir, las víctimas de las guerras, quienes les disparan desde sus aviones, quienes dan las órdenes, los ricos y los pobres. Cuando han pasado unos centenares de años no queda más que un desvaído recuerdo de las distintas generaciones, cosas demasiado antiguas… Esto nos hace iguales a todos los coetáneos de una época determinada. Esta es la clave de nuestra insignificancia o de nuestro protagonismo.
¿Cómo podríamos hacer para dejar el mundo en una inercia de evolución y respeto por la vida? Salir de la tendencia actual esto es lo que importa.
Las respuestas son personales y están íntimamente relacionadas con la intensidad con las que me haga las preguntas. La historia nos muestra mujeres y hombres que encontraron su destino e hicieron pequeñas cosas y otros que hicieron grandes cosas, eso es muy personal y es un misterio de dónde sale esa energía que puede transformar el destino de nuestras vidas.