Su detención desató una inmediata y espontánea ola de manifestaciones entre organizaciones políticas y sociales también reclamantes de leyes más severas contra la ancestral inmoralidad que corroe a la administración pública. Los focos de protesta en todo el país se calcularon en un millón.
Confeso seguidor de las doctrinas de Mohandas Gandhi, el luchador social exige la creación de un Lokpal (versión india del Ombudsman occidental) encargado de investigar delitos de corrupción sin importar el rango de los ciudadanos sospechosos de cometerlos.
Acosado por la oposición y la sociedad civil, el gobierno promueve un proyecto de ley en ese sentido, pero fuera de su ámbito quedarían el primer ministro y los miembros del gabinete, del Parlamento y del Poder Judicial, contra el criterio de los partidos de oposición y de la sociedad civil.
Bajo una intensa presión social, en la tarde del propio martes la policía se vio forzada a poner en libertad a Hazare, pero éste dijo que se mantendría allí hasta que lo autorizaran a proseguir la huelga de hambre en un espacio público con todas las condiciones y durante un lapso de tiempo razonable.
Finalmente las autoridades le facilitaron por 15 días el Ramlila Ground, una espaciosa plaza del centro de Nueva Delhi.
Poco después del mediodía del viernes, en medio de una enfebrecida multitud, Hazare inicio lo que ha llamado *»una batalla por la segunda independencia»*.
*»No vamos a retirarnos de este lugar hasta que el gobierno apruebe una fuerte ley contra la corrupción»*, dijo en medio de una cascada de confetis, aplausos y consignas.
El líder social hizo un especial llamamiento a los miles de niños y jóvenes que abarrotaban el Ramlila Ground: *»El poder de la juventud es el poder de la nación, esté aquí o no Anna Hazare. Ustedes son los responsables de que la antorcha de la revolución permanezca siempre encendida»*, dijo.
A despecho de las copiosas lluvias de esta época del año, este sábado miles de personas volvieron a la explanada y manifestaron su intención de permanecer allí hasta que el gobierno apruebe leyes más enérgicas para sanear la administración pública y las instituciones estatales.
Según analistas y representantes de la sociedad civil, la corrupción en las altas esferas del gobierno y de la sociedad es el principal impedimento de la India para convertirse en una de las primeras potencias económicas mundiales.
La irritación popular es mayor porque según estadísticas del Banco Mundial (BM), en la autodenominada *»democracia más poblada del mundo»*, más de la tercera parte de sus mil 210 millones de habitantes viven con menos de dos dólares al día.