Se han tornado *«el centro de las críticas, insultos, ataques, menosprecios y provocaciones»* de los *«indignados»*, a los que acusa de agredirles y de tratarles *«como asesinos y maltratadores»* mientras hacen su trabajo.

*«Los policías estamos hartos, irritados, rabiosos, furiosos, coléricos, sulfurados, crispados y como no, indignados»*, manifiesta la UFP en un comunicado recogido por Europa Press, en el que también responsabiliza a la delegada del Gobierno en Madrid, Dolores Carrión, de no enterarse *«de nada»*, a pesar de ser, tal y como señala, *«la máxima responsable de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad y del Orden Público en la Región»*.

Según el sindicato policial, es la mencionada delegada del Gobierno quien tiene que
decir *«cuándo, cómo y por qué se carga o se desaloja, siendo al fin y al cabo la que
de la orden»*, algo que, aseveran, no ha hecho desde que comenzaron las primeras
manifestaciones del Movimiento 15-M hace 91 días. *«A ver si se entera de una vez»*,
señalan.

Aseguran además que dicha autoridad ha *«brillado por su ausencia»* en los 91 días
que duran ya las protestas. *«Ellos serán los indignados del 15-M, pero nosotros somos
los del 15-M, el 16-M, el 17-M y así hasta 91 en los que hemos aguantado de todo…»*,
denuncian.

Otra queja de la autoridad es que *«Paralizan Madrid cuando les da la gana»*

En esta línea, la UFP critica que *«no puede ser que 400 personas auto-denominadas
indignados paralicen el centro de Madrid cuando les de la gana, cortando el tráfico
y vulnerando el derecho fundamental a la libre circulación del resto»*, mientras
que otros, tal y como denuncian, tengan que pagar multas por manifestarse
ilegalmente. *«Este sindicato policial tiene dos multas de 6.000 euros por pedir en
la Castellana un Plus de Capitalidad para los Policías de Madrid, por cortar la vía de
servicio al Ministerio del Interior»*, recuerdan, al tiempo que denuncian que, por su
parte, los indignados *«campan a sus anchas por las calles de Madrid perjudicando
notablemente a los que quieren circular libremente por la calles»*.

Así es que parece haber un malentendido y una incomprensión porque la policía
al *’cumplir con su deber’* no parece comprender el origen de la indignación social
procedente de una profunda injusticia y verdadero asedio a las persona por parte
de autoridades, bancos, un largo etcétera. La perspectiva mencionada sin duda
demuestra una falta total de sensibilidad y de criterio de realidad de lo que acontece
a la población acuciada por tanta problemática que toca vivir. Pues, según ellos, no
podría ni siquiera manifestarse…