Esto se
produjo frente al edificio de Interior tras intentar por tercer día consecutivo entrar
a la la Puerta del Sol, de donde fueron desalojados el lunes pasado. Y que quieren
retomar. Pero, dicha plaza es ahora una especie de fortín inexpugnable repleto de
policías, quedando una plaza desolada. Debido a esto, los manifestantes decidieron
diversificarse por otras calles y marcharon por Gran Vía, celebraron una asamblea
en Cibeles, otra en la plaza de Jacinto Benavente y enfilaron hacia el Ministerio del
Interior, en el Paseo de la Castellana. Donde ha sido el encontronazo.
Allí los antidisturbios actuaron con contundencia contra unos 800 indignados
cuando rodeaban la sede del departamento que dirige el nuevo ministro, Sr. Antonio
Camacho. Tres personas han sido detenidas y una veintena, heridas (siete de ellas
policías), dice sintéticamente en informe policial.

Esta tarde se volverá a marchar otra vez hacia este ministerio, en una manifestación
que partirá de Atocha e intenta, nuevamente, acabar en la Puerta del Sol. Mientras
que algunos tratarán de todas formas de regresar a la Puerta del Sol desde medio día,
según se acordó en una asamblea.

El incidente de la carga policial se produjo hacia las once de la noche, frente al
Ministerio del Interior, cuando los agentes bajaron de sus vehículos con casco, escudo
y porra (bastones), y empezaron a dar golpes y golpes contra los manifestantes
para despejar la calle. Las imágenes que han trascendido son impactantes, con
gente herida en el suelo. Después de dicha golpiza, algunos participantes regresaron
a la zona a increpar a la policía, que formaba dos filas de contención, al grito
de «asesinos». Máxima tensión de la jornada.

Los manifestantes aseguran que hasta la zona marcharon unas 1.000 personas –
aunque otras fuentes reducen la cifra a varios centenares. La primera carga despejó
sin duda la zona de manifestantes y varias personas resultaron contusionadas, por lo
cual los manifestantes se desplazaron mayoritariamente a una plaza próxima a la de
Colón. Más tarde se repitieron las cargas. Que es cuando uno se pregunta ¿puede la
policía europea, civilizada -supuestamente – golpear a la población desarmada que se
manifiesta, por más incomodo que le resulte esto al poder? No no puede, ni debe. A la
gente no se la golpea.

Al parecer el detonante de la carga policial, desproporcionada, aparte de estar frente
al Ministerio que dirige a la policía (Interior), habrían sido los carteles ante las verjas
del palacete y el que se hubiera arrebatado un sombrero (tricornio) a uno de los
guardias civiles que habitualmente controlan los accesos al ministerio. Así que un
sombrero y unos carteles desata una golpiza de gigantones de uniforme azul…
Pero los indignados niegan que hicieran algún tipo de provocación o violencia por su
parte. Dos de los heridos fueron trasladados a centros hospitalarios para curarles las
heridas en la cabeza, y otras tres personas fueron detenidas. La comisión legal del 15-
M declara que los detenidos son 12.

Un estudiante de Economía de 23 años, que acabó con la cabeza vendada asegura
que un policía “desatado”, procedente de los antidisturbios, le golpeo y abrió una
brecha en la cabeza. Además, confirma que dicho agente tuvo que ser controlado por
sus compañeros.

Por otra parte, una señora de 88 años afirma que no estaba pasando nada hasta que
se produjo la agresión policial delante del Ministerio y lo dice con la mano vendada y
dice tener una contusión grave, además de magulladuras en la rodilla, por haber caído
al suelo de donde le ayudaron cuatro personas a levantarse. Increíble.

Obsérvese que antes nunca habían respondido de este modo brutal las fuerzas de
seguridad en estos casi 80 días de manifestaciones.¿Qué habrá pasado?

Lo que ha despertado todo tipo de comentarios en la sociedad y el los círculos
políticos. Y abre un interrogante de como continuará esta confrontación, porque está
claro, que el movimiento de protesta no se ira ‘derrotado’ a sus casas. Ni mucho
menos.
Prueba de ello es que luego de la bataola, en la calle Preciados se juntaron unas
200 personas, que con otras tantas organizaron una asamblea en la vecina Plaza
de Pontejos, resolviendo que recuperar la plaza es «cuestión de resistencia», unas
pancartas con nuevos lemas como son muy significativas: «Sol será vuestro Vietnam».