Este hecho es importante no sólo por que se inscribe en la lucha contra la Trata, sino también porque se basa en la no discriminación y en el valor del ser humano como tal.
“La oferta sexual fundamentalmente publicada en el rubro 59 no solamente es un vehículo en la comisión del delito de trata de persona sino que también es una profunda discriminación hacia la mujer como tal”, afirmo la presidenta Cristina Fernández.
El decreto pone de manifiesto todo un conglomerado de representaciones y creencias que cosifican a la mujer, rebajándola a una dimensión mercantil que se traducen en expresiones brutales de la violencia.
La presidenta señala que a través de los avisos de comercio sexual “se vehiculiza la más formidable y vergonzante, no solamente trata de personas, sino también humillación a la condición femenina. Porque también la discriminación es crear estereotipos de la condición femenina como objeto de consumo únicamente, y es una cosa que también hemos tenido en cuenta a la hora de firmar este decreto”.
Por otra parte, a partir de esta política pública se evidencia una concepción de la sexualidad que circula por los medios de comunicación y que es parte de la cultura materialista. Se naturaliza una concepción que enajena a la sexualidad de su intima dimensión y función, y que la convierte en otro objeto de consumo y dominación.
Silo, guía espiritual de los humanistas del mundo, explica en el capítulo Acción y Reacción de la Fuerza, del libro El Mensaje de Silo: “El sexo es en realidad santo y es el centro desde el cual se impulsa la vida y toda creatividad. Así como desde allí también se impulsa toda destrucción cuando su funcionamiento no está resuelto. Jamás creas las mentiras de los envenenadores de la vida cuando se refieren al sexo como algo despreciable. Por el contrario en él hay belleza y no en vano está relacionado con los mejores sentimientos del amor”.
Finalmente, dice: “Sé cuidadoso entonces y considéralo como una gran maravilla que debe tratarse con delicadeza sin convertirlo en fuente de contradicción o desintegración de la energía vital”.
Esta medida representa un avance político por parte de las organizaciones sociales que militan por la causa hace tiempo y un avance cultural para toda la sociedad. Esta medida es una señal de que el Estado, dirigido por un proyecto que represente a las personas, genera las condiciones para transformar el estado actual de las cosas.