El Ejecutivo de Berlusconi llegó, incluso, a sancionar un decreto ley que suspendía el programa de construcción de centrales atómicas por dos años.
Tal y como prevé la Constitución italiana, para que el referéndum sea válido deberá votar la mitad más uno de los votos, lo que equivale a casi 25 millones y medio de personas, inscritas en las listas electorales.
Berlusconi y sus seguidores apuestan por la abstención y hasta por la indiferencia ya que desde 1995 ninguna consulta popular de ese tipo superó la cifra requerida.
Las urnas estarán abiertas este domingo y mañana en los 61 mil 600 circuitos electorales, y el escrutinio comenzará inmediatamente después del cierre de los colegios lo cual está previsto para las 15:00 hora local.
El plebiscito fue promovido por la formación Italia de los Valores, apoyada por asociaciones ecologistas y el Partido Democrático, principal de la oposición.
La actual administración planea construir cuatro centrales nucleares, pese al rechazo mayoritario contra el empleo de ese recurso energético en 1987, a raíz del accidente en la central ucraniana de Chernóbil, en abril de 1986.
Además del tema atómico, los italianos votarán por la abrogación de la privatización del agua y de la ley del Legítimo Impedimento que permite al primer ministro invocar compromisos de gobierno para librar cuatro procesos penales abiertos en su contra.
Tanto Berlusconi como la mayoría de los ministros, entre ellos el de Relaciones Exteriores, Franco Frattini, anunciaron que no acudirán a las urnas.
Las votaciones estuvieron precedidas por multitudinarias manifestaciones en casi todo el país bajo el lema *»Italia frena el nuclear, vota sí»*.