Agregaron que la resistencia a estos megaproyectos es *“una lucha por la vida y también por toda la humanidad, ya que los Mapuche defendemos el derecho al agua; recurso vital e indispensable para las futuras generaciones”*.
Agregaron que al destruir los ríos las empresas contribuyen al *“al calentamiento global y se incrementan las catástrofes naturales como consecuencia de la avaricia de unos pocos poderosos sobre la explotación inconsciente contra la naturaleza”*.
La EMPRESA ELÉCTRICA PILMAIQUÉN S.A. pretende construir tres centrales hidroeléctricas en el río del mismo nombre. La primera ya está en obras y según la última acta del directorio de esta compañía, para la central Rucatayo ya se tiene construido el túnel que desviará el río Pilmaiquen.
En tanto para las Centrales Los Lagos y Osorno aún se están tramitando las licitaciones eléctricas y también faltan las autorizaciones de la Dirección General de Aguas.
La central Rucatayo supone una inversión aproximada de US$120 millones, y es controlada por Bruno Philippi y Andrés Concha.
En el sector las comunidades de manera ancestral realizan la práctica del lepun o ngillatun Huilliche y la ceremonia se realiza en torno a un espíritu (ngenmapu), denominado Kintuantu. Todos los años antes de realizar la ceremonia regular, las comunidades visitan la morada de este espíritu para invitarlo a su rogativa. Y es precisamente este lugar que quedará intervenido por las este megaproyecto hidroeléctrico.