*»Esta caravana es la respuesta a la noche que nos han impuesto con esta guerra»*, dijo Javier Sicilia en alusión al enfretamiento entre los narcotraficantes y el operativo federal para combatirlos, en el que participan más de 50.000 militares.

Esta manifestación arrancó en Cuernavaca, donde reside Sicilia y en cuyos suburbios su hijo y seis personas más fueron torturados y asesinados en marzo pasado, y su destino es Ciudad Juárez, la más violenta de México que sumó más de 3.100 homicidios en 2010. Es la tercera movilización que encabeza el poeta.

*»Vamos rumbo a la ciudad más dolida y símbolo de este país, afectado por una guerra que no es la suya»*, añadió Sicilia, quien en declaraciones a la prensa llamó a que el movimiento se replique en América Latina donde mucha gente, dijo, *»ha sufrido o podría sufrir situaciones similares»*.

En México se han registrado más de 37.000 muertes violentas desde diciembre de 2006, la mayoría en ajustes del cuentas de los cárteles de las drogas y un menor número en operativos federales.

Sicilia, quien se sumó a la caravana en Ciudad de México, es acompañado en su recorrido por activistas de ONG’s, ciudadanos y familiares de personas que han muerto a consecuencia de la ola de violencia que sacude al país.

Ricardo López, un estudiante de arquitectura, espera, con su mochila y su bolsa de dormir, sumarse a la caravana que hará escalas en distintos distritos azotados por el crimen organizado.

*»Por mucho tiempo hemos sido indiferentes, pero es tiempo de decir basta, no podemos seguir permitiendo que este país pierda a una generación. Yo no he perdido a ningún familiar, pero espero terminar el recorrido como muestra de solidaridad por aquellos que sí los han perdido»*, dijo López a la AFP.

La fila de vehículos es encabezada por uno que lleva una campana con la leyenda *»justicia, ni una muerte más»*, hecha con llaves fundidas hace una década para exigir el esclarecimiento de los asesinatos de mujeres que azotaron a Ciudad Juárez en la década de los 1990.

El recorrido, apoyado por grupos en Estados Unidos como Pastores por la Paz, Justicia Sin Fronteras y organizaciones de emigrantes, continúa esta tarde hacia Morelia (oeste), en Michoacán, uno de los distritos más azotados por el narcotráfico.

La caravana continúa el domingo en San Luis Potosí por una carretera en la que un agente de la aduana estadounidense de misión en México fue asesinado en febrero. El lunes estará en Zacatecas y en la noche en Durango, donde se descubrieron desde abril fosas clandestinas con 223 cadáveres.

El martes llega a Monterrey, polo industrial del norte, cuyas calles son ahora campo de batalla de los cárteles y desde donde el miércoles partirá a Chihuahua, capital del estado del mismo nombre, antes de enfilar el jueves hacia Ciudad Juárez.

En esa ciudad de 1,2 millones de habitantes, la más violenta de México (más de 3.100 homicidios en 2010), se firmará el viernes un pacto por la paz. El sábado Sicilia cruzará brevemente la frontera para presidir un mitin en la vecina ciudad estadounidense de El Paso (Texas).

Se tiene previsto que se realicen mítines y distintos eventos en las ciudades a donde llegue la caravana.