Zelaya llegó al aeropuerto Augusto C. Sandino de Managua en un vuelo privado hacia las 22H25 locales (04H25 GMT) e inmediatamente subió a una caravana de vehículos que lo esperaba y salió hacia la capital con destino desconocido, aunque se presumía que era la sede del Gobierno, en el sector oeste.
La llegada de Zelaya a Managua, que estaba acompañado de su esposa y su hija, se dio bajo total hermetismo por parte de las autoridades nicaragüenses, que no permitieron el acceso de periodistas al área de desembarco.
También se desconoce la agenda del ex mandatario en Managua, así como la hora y la forma en que habrá de emprender el retorno a Tegucigalpa.
Antes de dejar Dominicana, Zelaya visitó al presidente Leonel Fernández en la sede de gobierno para agradecer *»la acción tan valiente»* de acogerlo en su país desde enero de 2010, cuando salió al exilio. *»Mi esposa, mi familia y yo queremos expresar nuestro agradecimiento por todo el afecto, todo el amor y el apoyo que hemos recibido durante estos meses»*, declaró Zelaya.
*»En República Dominicana nos hemos sentido honrados por su presencia, aunque en circunstancias no deseables, que usted y su familia vinieron aquí en circunstancias prácticamente trágicas a partir del rompimiento de un proceso democrático»*, declaró por su parte Fernández.
Zelaya, un político liberal de 58 años que dio un giro a la izquierda durante su gobierno, iniciado en enero de 2006, fue depuesto por un golpe de Estado el 28 de junio de 2009 y expulsado del país, cuando intentaba realizar una consulta -declarada ilegal por la Justicia y el Congreso- con el fin último de cambiar la Constitución para poder ser reelegido.
El golpe generó repulsa en la región y la suspensión de Honduras de la Organización de Estados Americanos (OEA).
Después de permanecer cuatro meses refugiado en la embajada de Brasil en Tegucigalpa, el ex presidente hondureño llegó a Dominicana el 27 de enero de 2010, el mismo día que Porfirio Lobo asumió la presidencia tras ganar las elecciones efectuadas bajo el gobierno golpista. La salida de Zelaya de Honduras fue negociada por el propio Fernández, que llegó a un acuerdo con Lobo para que su recién asumido gobierno entregara un salvoconducto al derrocado mandatario.
Zelaya se asiló en la República Dominicana y se negó a volver a su país mientras la justicia mantuviera abiertos unos juicios en su contra por supuesta corrupción. Lobo consiguió que fueran cerrados, pues su retorno era la condición para reinsertar a Honduras en la comunidad internacional.
El regreso de Zelaya a Honduras permitirá la reincorporación de la nación centroamericana a la Organización de Estados Americanos (OEA), que en principio debe ser aprobada por una asamblea de ministros de Relaciones Exteriores el próximo miércoles.
El secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, asistirá al retorno de Zelaya a Tegucigalpa este sábado. También lo harán los ministros de Exteriores de Venezuela y Colombia, Nicolás Maduro y María Ángela Holguín, cuyos países gestionaron el acuerdo de reconciliación para Honduras.
Pero el regreso de Zelaya no será sólo un triunfo político para el gobierno de Lobo y para Honduras, sino también una apuesta del propio ex presidente: su retorno devuelve la esperanza a miles de sus seguidores del Frente Nacional de Resistencia Popular, creado tras el golpe y ahora coordinado por Zelaya, para buscar el poder en las elecciones de 2013.
*»Como animal político, haré una lucha política pacífica y democrática»*, anunció el viernes antes de abandonar el exilio.