En un sitio tan emblemático no sólo para Francia si no para toda Europa como lo es la Plaza de la Bastilla se están llevando adelante estos días asambleas populares y una ola de denuncia y descontento comienza a hacerse sentir en el territorio francés.
En Lyon, Toulouse, Nantes, Nancy, Lille, Toulon, Marsella, Grenoble o Poitiers también han salido a la calle jóvenes y grandes, franceses y extranjeros, de izquierdas y apolíticos para sumarse a este clamor de rechazo al sistema económico en el que vivimos, al ordenamiento político excluyente que nos gobierna y a la manipulación informativa que ayuda a defender y divulgar los antivalores.
“No somos antisistema, es el sistema que está contra nosotros” manifiestan mientras nos comunican que han perdido el miedo y no tienen nada que perder.
El espíritu sin liderazgos, sin ideologías homogéneas y con la diversidad a flor de piel es su gran signo distintivo, una especie de aprendizaje de las manifestantes mixtas y poderosas de Túnez o Egipto.
Pero el modelo es el español, si bien se hace mención a que todo comenzó en Túnez, las condiciones de origen y el funcionamiento que se busca en la Bastilla es el de la Plaza del Sol, mucho más adaptado al modo de vida europeo. De hecho, en Paris es imposible acampar bajo las estrellas sin terminar la noche tras los barrotes.
Esta es una de las grandes preocupaciones de los manifestantes, cómo contrarrestar la persecución policial y las provocaciones de los secretas.
Durante la Asamblea General del día miércoles, de tono festivo y de amplio abanico de intervenciones, uno de los temas fundamentales consistió en cómo conectar con el resto de movimientos sociales franceses (desocupados, sin papeles, precarizados, empleados estatales, deslocalizados, etc…). Sin olvidar los temas de acercamiento con la prensa, la discusión de las propuestas del movimiento y fijarse un código de conducta y funcionamiento que sea verdaderamente democrático.
Tras las votaciones y llegar a los consensos mínimos, necesarios para lanzar la aventura francesa de este movimiento que sacude el Estado Español y comienza a hacerse fuerte en Grecia, todos los esfuerzos están lanzados en una gran convocatoria para el domingo 29 de mayo en la misma Plaza de la Bastilla a las 14 horas. Un evento musical, artístico y participativo se está gestando y tomará forma el fin de semana.
De espontaneismo nada aquí en Paris, muy por el contrario es un movimiento intencionado y que con mucho esfuerzo se puede poner en pie. Este domingo es el gran desafío y donde se pondrá a prueba hasta qué punto los franceses tienen la necesidad profunda de rebelarse y poner de manifiesto su necesidad de cambio.