La violencia y agresiones de pequeños grupos en diversas manifestaciones no hacen más que empañar el espíritu del actual movimiento ciudadano, alejando a la gente de las marchas y justificando la posterior represión de las fuerzas policiales.
Esta represión y criminalización es aún más grave y violenta. Todos quienes hemos salido a la calle a protestar por la reciente aprobación de Hidroaysén, las termoeléctricas en el norte y otras materias relacionadas hemos sido víctimas de ella. De hecho en la movilización del viernes 13 de mayo recién pasado, tres militantes humanistas comprometidos con la Noviolencia, fueron salvajemente reprimidos por Carabineros, lo que les generó diversos golpes y lesiones de consideración, debiendo ser atendidos en la Posta del Hospital San Juan de Dios.
Es inaceptable y condenable todo tipo de violencia, venga de donde venga.
Tenemos el derecho a manifestarnos, expresarnos y rebelarnos, para construir una democracia real y participativa.
Los Humanistas creemos en la posibilidad de generar cambios radicales en la sociedad, y en ese sentido, la creatividad y la no violencia son las maneras más inteligentes y éticas de lucha contra la injusticia del sistema. Así nos hemos desnudado en público, hemos teñido de rojo las piletas de La Moneda, hemos realizado carnavales y marchas como la del pasado miércoles 18 de mayo, todas con un carácter profundamente rebelde y noviolento.
Sin embargo, muchas de estas acciones no han sido cubiertas por la prensa, la que en una mezcla de flojera, interés ideológico y de mera búsqueda de mayor rating, sólo han cubierto los hechos de violencia y enfrentamientos, generando un efecto morboso en que «si hago destrozos salgo en los medios y soy escuchado». En ese sentido llamamos a los medios de comunicación oficiales a tener mayor ética periodística.
En este histórico momento de movilización ciudadana y popular en Chile y el mundo, celebramos la decisión de miles de personas de salir a las calles a defender las causas justas contra este Sistema. Y hacemos un llamado a seguir haciéndolo sin caer en provocaciones ni agresiones que solo son funcionales a quienes nos gobiernan y desvirtúan los objetivos del movimiento global actual.
Sigamos el ejemplo de los jóvenes españoles y egipcios. ¡Vamos con toda la fuerza de la Noviolencia!