*»A cualquier hora del día o de la noche, se escuchaban ruidos de golpes, gritos y alaridos»*, dijo.
*»Nadie llevaba uniforme, nadie tenía nombre, nadie tenía responsabilidades (…) muchos hombres actuaban como bandidos»*, agregó.
En el terreno, las fuerzas de seguridad y el ejército seguían interviniendo contra los bastiones opositores en Homs (centro), Banias (noroeste) y Tal Kalaj (oeste), donde mataron a ocho civiles el miércoles.
A pesar de la represión y la persecución de los opositores, la página Facebook de *»Syrian Revolution 2011″*, del movimiento de contestación, llamó a manifestaciones *»por la libertad»* y la unidad nacional.
*»El viernes de la Libertad, Azadi (palabra que significa libertad den kurdo)»* escriben los militantes llamando a manifestaciones en todo el país, incluyendo las ciudades kurdas del norte.
Para las autoridades sirias, las sanciones estadounidenses impuestas el miércoles a Asad y a seis de sus próximos colaboradores no influirán en las decisiones del régimen y apuntan *»ante todo a servir a los intereses de Israel»*.
Es *»una medida decisiva para acrecentar la presión sobre el gobierno para que cese la violencia contra su pueblo e inicie la transición hacia un régimen democrático. Asad deber dirigir una transición política o irse»*, explicó un comunicado de la diplomacia y del departamento del Tesoro estadounidenses.
Una eventual salida de Asad *»es una decisión que corresponde al pueblo sirio»*, precisó el comunicado.
Además del presidente, otras seis personas fueron sancionadas: el vicepresidente Faruk al Shara, el primer ministro Adel Safar, el ministro del Interior Mohamad Ibrahim al Shar, el ministro de Defensa Ali Habib Mahmud, el jefe de los servicios de inteligencia militares Abdul Fatá Qudsiya, y el director de la seguridad política Mohamed Dib Zaitun.
Las medidas estadounidenses afectan también a dos jefes de las Guardianes de la Revolución, fuerza especial del régimen iraní, por su presunto papel en la represión en Siria.
El 29 de abril, Washington había impuesto una primera serie de sanciones contra varios responsables del régimen, entre ellos el hermano menor del presidente, Maher Al Asad.
Francia, que trata de hacer adoptar por la ONU un texto de condena contra Siria, denunció la agravación de la represión contra la población civil y llamó a los dirigentes sirios a que efectúen reformas.
El portavoz del ministerio francés de Relaciones Exteriores, Bernard Valero, precisó que *»más que nunca Francia prosigue su movilización con sus asociados en la Unión Europea y en las Naciones Unidas para denunciar la represión y poner a las autoridades sirias frente a sus responsabilidades»*.
Desde que se inició la movilización, las autoridades sirias han atribuido la violencia a *»grupos criminales o terroristas»* que, según ellas, tienen vínculos en el extranjero.
Mientras tanto, los periodistas de los medios de comunicación extranjeros no pueden circular libremente por Siria, donde las autoridades censuran la información sobre los disturbios.
Los manifestantes que, en un comienzo exigían la suspensión del estado de emergencia y el término de la supremacía del partido Baas, reclaman ahora la caída del régimen que gobierna el país desde hace más de 40 años.