Al parecer, un Sarkozy amenazado por el crecimiento en las encuestas de Marine Le Penn se muestra autoritario, militarista e inhumano. Es decir, tiene y los demuestra todos los atributos para que ningún elector se fije en la blonda hija del ex líder de la derecha francesa.

El conflicto en tierras marfileñas es esencialmente político. Tras la independencia en 1960 hubo 20 años de bonanza hasta que la caída de precios internacionales en los años 80 la sumergió en la crisis. En el año 2000 fue electo Laurent Gbagbo, quien sufrió un golpe de Estado y hubo enfrentamientos que han dividido al país montándose sobre diferencias tribales. Desde septiembre de 2002 el país quedó dividido entre norte y sur pero la paz llegó en 2007 con la mediación de Naciones Unidas a través de la Operación de Paz en Costa de Marfil. En noviembre de 2010 se realizaron elecciones y volvieron a enfrentarse los bandos por acusaciones mutuas de fraude. La ONU decidió que debía asumir Allassane Outtara, y Gbagbo se apernó en su sitio, desconociendo esa decisión.

Desde entonces los marfileños viven en situación de guerra civil y ese es el motivo invocado por Sarkozy para volver a las viejas prácticas coloniales, afirmar el rol de Francia como potencia militar y demostrar que la derecha en su país no necesita votar a nadie más. ¿Alguien podría decirle que estamos en el siglo 21?

Sólo como un dato más -no tenemos información para determinar su importancia -Gbagbo ha intentado un gobierno con más autonomía de los organismos internacionales y de Francia- mientras que Outtara ha sido director del FMI para África y es un neoliberal más apto para el paladar colonial.

La intervención militar colonialista ha inclinado la balanza en muy poco tiempo, con una intervención directa en los combates de las tropas francesas. *“Helicópteros artillados de la ONU -leemos en un cable de AFP- dispararon contra el arsenal del Ejército en un campamento militar de Abidján, mientras efectivos galos y de la ONU marcaron la diferencia en los combates registrados en otras zonas de la capital económica del país de África occidental”*. El 5 Laurent Gbagbo comenzó a conversar sobre las condiciones de su retirada.

Las conversaciones están intermediadas por Mauritania, *“país que encabeza el Comisionado del Consejo para la Paz y la Seguridad de la UA”*, especifica la fuente.

Por cierto que la Paz es una buena noticia. Pero no es indiferente el modo en que se obtiene. Sobre todo cuando se pasa por encima de valores que hacen a la convivencia mundial. Es alarmante que la Organización de Naciones Unidas que -en sus principios- prohíbe explícitamente el uso de la fuerza, se haya involucrado en el ataque a Libia -hoy repudiado por los mismo rebeldes- y a Costa de Marfil justificando el despliegue militar desde el comienzo de la crisis en la nación africana.

Lo que no se hizo ya no podrá hacerse. Pero es fundamental que se reúna con urgencia el Consejo de Seguridad de la ONU en presencia de la Unión Africana para garantizar una paz sustentable y permitir que los marfileños diseñen el futuro de Costa de Marfil.