Antes de iniciar la proyección, nos ofreció su visión de la ciudad de Paris y nos contó sobre la evolución de su trabajo. Desde el vamos se define como una mujer sencilla, amante de la gente de la calle, catapultada al cine sin haber estudiado actuación. Dio muestras de asombro ante el camino recorrido y nos comentó que no sabe realmente como sucedió todo.
Nos habló de los franceses definiéndolos como ingenuos: «Se creen todo lo que se les cuenta sin verificarlo”. Algo que en España no pasa porque te contestan: «venga ya, no me lo creo» nos relató.
Tiene un departamento en Paris, “es una ciudad que me despierta mucha ternura”. “Cada vez que estoy de paso por aquí, me gusta pasear y disfrutar de buenos momentos con los amigos”, para agregar que las amistades francesas que tiene son muy buenas.
Lo que más le divierte es hacer reír a los franceses, los considera “tan serios y estresados con el corre que te corre diario”. Nos confiesa que hoy, se echa a reír cuando le contestan de malas maneras, aunque en un principio, eso la enojaba mucho.
Tras la proyección de la película comienza la rueda de preguntas entre los asistentes y medios:
Para responder a unos de los espectadores respecto de *Ay Carmela!* nos aclara que aunque nació en una familia donde la política tuvo un fuerte impacto, el hecho de rodar dicha película no representa nada personal en el plano político, sino que es “sólo un papel”, ella ejecuta lo que le manden.
Aunque el largometraje sea un buen retrato de los dos bandos existentes durante la Guerra Civil Española. El director destaca fundamentalmente las injusticias y las humillaciones soportadas por el bando republicano. Víctimas de una opresión extrema, ejercida por el bando franquista, hasta el punto de costarles la vida, si expresaban su descontento sobre las normas impuestas por el mandato del dictador.
La actriz de *La ley del deseo* y *Volver* nos manifestó su disgusto a la hora de rodar ciertas escenas, como por ejemplo cuando interpreta su propia muerte en las películas, “prefiero los finales felices”. En especial durante el rodaje de *Ay Carmela!* le fue muy difícil por el número de veces que tuvo que repetir la escena donde muere. «Llegué a tal punto que me cansé y abandoné la filmación aquel día. Estaba malhumorada y me fui con un “¡Ya no puedo más! ¡Me voy a casa!».
Por el contrario nos confiesa que el papel que más le gusta encarnar es el de Reina, por los vestuarios fastuosos, como los de la corte francesa en *Luis XIV, Niño Rey* donde representa a la reina Ana de Austria “que muchos franceses no sabían que era española”.
A pesar de sus éxitos, los vestuarios ostentosos, los numerosos fans, los vínculos con personalidades, o el hecho de pertenecer a distintos círculos de la alta sociedad, Carmen Maura continúa siendo una mujer sencilla, accesible a todos por su calidez humana y su espíritu abierto.