El terremoto que ha golpeado Japón ha causado una explosión en dos reactores nucleares en la Planta de Energía Atómica Fukushima 1, con un posible tercer reactor también en peligro de fusión, causando una nube radioactiva, la evacuación de 170.000 personas y la inmediata hospitalización de un centenar.
A pesar de las afirmaciones del gobierno japonés, la situación aún podría empeorar y es visible el esfuerzo de la industria atómica para minimizar la creciente oposición a la energía nuclear.
Lo que ha sucedido demuestra que las plantas nucleares son inseguras y peligrosas, no solo por los residuos radioactivos que dejan para las futuras generaciones por miles de años, sino también por el enorme riesgo para aquellos que viven cerca. El Gobierno de Japón ha tenido una conducta absolutamente irresponsable al sostener una política de energía basado en lo nuclear, dadas las condiciones de inestabilidad geológica del país.
Tony Robinson, portavoz de la organización, dijo *“Mundo sin Guerras apoya el abandono de esta fuente de energía que, además de servir a la proliferación de armas nucleares, está obsoleta, es insegura y cara y, en su lugar, apoyamos la adopción de modelos energéticos basados en fuentes de energía alternativos y renovables.”*
*“Desde el momento en que el uranio es extraído de la tierra hasta el momento en que termina convertido en residuos no eliminables, la sustancia causa envenenamiento, problemas de proliferación de armas y luchas por el control del mineral. ES absolutamente irresponsable que los Gobiernos usen energía nuclear. No se trata de restringir los derechos de países individuales para seguir políticas energéticas necesarias para enfrentar las actuales demandas nacionales; se trata no envenenar el planeta entero para cientos de generaciones por venir”*.