El gobernador Quinn dijo: *“Es imposible crear un sistema perfecto, libre de todo error, libre de toda discriminación con respecto a la raza o las circunstancias económicas o la geografía. He concluido tras analizar todo lo que recibí que es imposible en nuestro Estado tener un sistema de pena de muerte perfecto y consistente. Creo que abolir la pena de muerte es lo correcto y lo justo”*.
Las ejecuciones en Illinois se detuvieron desde una moratoria de enero de 2000 que tuvo lugar tras la revelación de la inocencia de al menos veinte prisioneros condenados a muerte.