*»Tenemos la capacidad de ayudar a Portugal pero todavía es temprano»* para decidirlo, afirmó por su parte el primer ministro sueco, Fredrik Reinfeldt.
Algunos líderes europeos empezaron incluso a hacer números.
*»Si Portugal pidiera un apoyo europeo, esta suma me parece apropiada»*, bajo *»estrictas condiciones»*, dijo Jean-Claude Juncker, jefe de fila de los ministros de Finanzas de la zona euro, al responder a una pregunta sobre un eventual plan de 75.000 millones de euros.
Pese a ello, Lisboa prometió *»luchar con todas sus fuerzas»* para evitar un rescate, aunque muchos analistas lo juzgan inevitable.
Sócrates dimitió el miércoles por el rechazo del Parlamento a su plan de austeridad, diseñado para rebajar el déficit público y tratar de evitar una ayuda exterior.
Sus socios de la zona euro, que el año pasado ya tendieron un salvavidas a Grecia e Irlanda junto al Fondo Monetario Internacional (FMI), habían aprobado y alentado la adopción de ese programa.
Alemania y la Comisión Europea reclamaron al futuro gobierno portugués, que será elegido en unos próximos comicios anticipados, que mantengan los objetivos de reducción de déficit.
*»Es muy, muy importante que todos los que hablan en nombre de Portugal digan claramente que están apegados a los objetivos»*, conminó la canciller alemana, Angela Merkel.
El líder opositor luso y favorito en las encuestas, el socialdemócrata Pedro Passos Coelho, confió por su parte en que el próximo gobierno *»sea capaz de controlar»* el déficit, esperando que se pueda evitar un rescate.
La dimisión de Sócrates y el fracaso de su plan de austeridad se produjo en un momento en que el Estado necesita más que nunca la confianza de los mercados.
Los intereses de las obligaciones portuguesas alcanzaron esta semana nuevos récords y Portugal necesita refinanciarse para hacer frente al vencimiento el 15 de junio de 9.000 millones de euros de deuda.
Tanto la agencia de calificación Standard & Poor’s como Fitch rebajaron el jueves dos escalones la nota sobre la deuda soberana lusa.
Los analistas temen además que una caída de Portugal precipite a su vez el rescate de España, otro país en apuros financieros golpeado por la desconfianza en los mercados.
La ministra española de Economía, Elena Salgado, defendió empero que los mercados reconocen los *»esfuerzos y logros de la economía española»*, en relación a las medidas de ajuste del gobierno.
La debacle en Portugal, que amenaza con abrir un nuevo periodo de turbulencias para la zona euro, coincidió paradójicamente con una cumbre de la UE destinada a dotar a la unión monetaria de un arsenal de medidas contra la crisis.
Los 27 decidieron reforzar el fondo de rescate temporal para los países en apuros de la zona euro -que ya sirvió para Irlanda y se empleará para Portugal en caso necesario-, así como el permanente que lo reemplazará a mediados de 2013. Los detalles serán no obstante aprobados en junio.
La UE también endureció las normas de disciplina fiscal y adoptó un acuerdo que bautizaron como *»Pacto por el Euro Plus»* para incentivar la competitividad de sus economías y que aboga por una moderación salarial.
Miles de personas se congregaron el jueves en Bruselas convocadas por los sindicatos belgas y europeos para denunciar un pacto *»profundamente injusto»*.