El movimiento de los trabajadores de Egipto ha lanzado nuevas huelgas en todo el país, en las que se calcula que participan unos 10.000 trabajadores.
**“Estamos escribiendo la historia con nuestra sangre”: un médico egipcio explica por qué las manifestaciones no acabarán hasta que Mubarak renuncie**
El productor jefe de Democracy Now! Sharif Abdel Kouddous habló el fin de semana con el médico egipcio Ali El Mashad en la Plaza Tahrir de El Cairo. El Dr. Mashad explica que resultó herido en la calle y que tenía una herida que sangraba en la cabeza. *“Estamos escribiendo la historia con nuestra sangre”*, explica. Mashad afirma que no dejará de manifestarse hasta que Mubarak abandone el cargo.
**Human Rights Watch: 300 muertos, detenciones masivas y abusos durante la ofensiva del régimen de Mubarak contra las protestas.**
Human Rights Watch informa que al menos 302 personas murieron en Egipto desde que fuerzas leales a Mubarak lanzaran una violenta ofensiva contra el levantamiento popular del mes pasado. La organización asegura que al menos 232 personas han muerto en El Cairo, 52 en Alejandría y 18 en Suez, pero advierte que la cifra real de muertos podría ser muy superior.
**“Las personas se están cuidando unos a otros”: Anjali Kamat de Democracy Now! pasa la noche con los manifestantes en la Plaza Tahrir.**
Anjali Kamat informa sobre la atmósfera festiva que se vivió anoche en la Plaza Tahrir con la asistencia masiva de manifestantes: *“Las personas se están cuidando muy bien unos a otros, repartiendo alimentos, agua y mantas. Es una experiencia muy conmovedora”*, dice Kamat.
**“La gran tragedia es que Obama decidió no tender su mano”: Robert Fisk habla sobre la brecha que hay entre la retórica y las acciones de Estados Unidos respecto al levantamiento en Egipto.**
El veterano corresponsal en Medio Oriente del periódico londinense The Independent dice desde El Cairo que el levantamiento popular que está teniendo lugar en todo Egipto tiene implicancias para la región y el modo en que Obama debería reaccionar. *“[Los manifestantes] están pidiendo lo mismo que los estadounidenses esperan tener en sus vidas, ni más ni menos”*, dice Fisk.