**Usted, además de dedicarse profesionalmente a ser actor y bailarín, ha explorado y estudiado, durante los años ’70 en Roma, el acceso a los espacios profundos a través de la expresión corporal y la danza. ¿Hay una conexión entre esos estudios y los espacios sagrados que usted describe en el libro?**
Sí, en cierto sentido. No es que el libro sea consecuencia de ese trabajo de los ’70, pero está relacionado porque la investigación en el terreno de la expresión corporal me permitiría llegar también a ese espacio sagrado.
**Y se llega a través del silencio, ¿Cómo explicaría ese silencio?**
No es un silencio normal. Es un silencio cargado de significado, un silencio que, además, es un espacio. Un espacio donde predomina un silencio que puede aterrorizar por su magnitud, pero que también nos da la posibilidad de conectar con verdades universales que existen en cada ser humano si uno se queda tranquilo y espera con humilde disposición. Y en ese espacio, ocurren cosas fuera de lo habitual. Cosas que irrumpen de otra realidad. Es difícil de explicar porque estamos hablando de experiencias que no pertenecen a la realidad cotidiana.
**Pero usted dice que esas experiencias pueden también manifestarse en la vida cotidiana.**
Sí y todo ser humano ha experimentado este tipo de experiencias una o varias veces en su vida. Pero, en general, no se le da importancia a estas experiencias. Se las descarta confundiéndolas con alucinaciones o simplemente rarezas de las que no vale la pena hablar, porque pueden resultar inquietantes. Son experiencias que no podemos comprender con el intelecto pero que dejan significados profundos que pueden cambiar nuestra vida.
**Una parte del libro está dedicada a estas rarezas, a esos momentos extraordinarios ocurridos en un contexto de cotidianidad, pero otra parte del libro está dedicada a experiencias más personales, dónde usted habla del acompañamiento de seres muy queridos en sus últimos meses. ¿Cómo está abordado el tema de la muerte en el libro?**
La muerte para mí es un momento de transición hacia otra realidad, otra dimensión de la Vida de la que no sabemos nada. Pero de la que podemos tener intuiciones si logramos conectarnos internamente con ese otro espacio que ya le he comentado. Durante el acompañamiento de seres queridos en sus últimos meses de vida en este mundo yo he tenido señales de que existe la vida después de la muerte física. Debo repetir que esas señales llegan desde ese espacio tan particular confirmando que la vida continúa después de la muerte física. El momento más difícil para el moribundo es el de la separación de su cuerpo, es decir, separarse de todo lo que significa su cuerpo, inclusive la propia identidad que está atada a este mundo. Así que es importante poder acompañar y ayudar a la persona para que consiga esta separación y liberar su alma.
**¿Es necesario un tipo de mirada concreta para ver estas señales? ¿Cómo llegan esas señales?**
Yo creo que hay muchas vías de acceso. Una de esas vías es sentir en profundidad a otra persona que esté en situación de sufrimiento, sentir verdaderamente su sufrimiento y desde lo más hondo del corazón desearle el mayor bienestar. Eso conlleva pedir en lo más hondo del propio corazón lo mejor para esta persona. Y entonces se produce el contacto con ese otro espacio, que viene acompañado de experiencias particulares. A partir de eso cambia la mirada sobre todas las cosas y esto produce cambios en la vida cotidiana.
**¿Por qué la elección de la Feria de Bruselas para presentar su libro?**
Para mí lo más importante de la Feria de Bruseles es su tema: Las Mujeres. Las mujeres tienen un papel extremadamente importante en el cambio radical y profundo de este mundo. El sistema en el que todavía tenemos que vivir, y que es bastante viejo, es un sistema hecho por los hombres. Y es justamente ese hecho el que hace perpetuar la discriminación de las mujeres, como una especie inferior a la de los hombres. Sólo cuando se reestablezcan la verdadera paridad y la igualdad entre hombres y mujeres, este mundo se transformará. Es decir, cuando se reconozca que la única diferencia entre hombres y mujeres está en su vehículo, su cuerpo. Pero que en el interior son iguales y con los mismos derechos de expresarse en el mundo y de construirlo. Hace falta que se produzca una verdadera complementación entre la energía femenina y la masculina, entre la sensibilidad femenina y la masculina.
**Para usted escribir el libro no era un deseo, sino una búsqueda.**
Es correcto. Escribir este libro era una necesidad para mí, para conseguir avanzar en la comprensión de mi destino mayor, que es algo que he sentido durante toda de mi vida, pero que era, y sigue siendo, un misterio que yo quería develar. Así que en primera instancia yo escribí este libro para mí mismo, pero me gustaría mucho que pudiese ser útil a otros.
*El libro de Peter Deno está publicado en 5 idiomas por la Editorial Multimage* [http://www.multimage.org](http://www.multimage.org)