En los actuales acontecimientos sociales egipcios, han reforzado esa posición
centrista, reconociendo el importante papel de la juventud en la organización de
las protestas, pidiendo la unión de todos los grupos opositores contra el régimen de
Mubarak y nombrando al laico Mohamed el Baradei como principal representante del
levantamiento.

A propósito, Mohamed El Baradei ha dicho estos últimos días acerca de las
intervenciones que hizo Estados Unidos que “no goza de credibilidad en Oriente Medio.
La gente estaba decepcionada por la manera en que ese país reaccionó a la última
elección de Egipto”.

Los Hermanos Musulmanes fueron fundados en 1928 por el destacado maestro de
escuela egipcio Hasan al Banna. A finales de la década de 1940, tenían ya más de
medio millón de miembros activos gracias a tres causas principales: la lucha contra el
colonialismo británico, la resistencia a la creación de un Estado judío en Palestina y el
combate contra la corrupción en Egipto. En la actualidad es el movimiento opositor más
poderoso de Egipto y ha inspirado los movimientos islamistas de todo el mundo.

“Entonces, cuando dicen que el Gobierno egipcio está buscando la manera de responder
a las necesidades del pueblo egipcio, tengo ganas de decir: Bueno, ¡es demasiado tarde!
Esto ni siquiera es buena “realpolitik”. Vimos lo que sucedió en Túnez, y antes en
Irán. Ello debería enseñar que no hay estabilidad, excepto cuando se tiene un Gobierno
elegido libremente por su propio pueblo”, aseguró el Nobel de la Paz.

Con todo, la monarquía apoyada por los británicos siguió siendo el principal objetivo
de los Hermanos. La organización respaldó a los oficiales del ejército que dirigieron la
revolución de los oficiales libres de 1952 y derrocaron la monarquía.