El 10 de febrero el gobierno estadounidense intentó introducir en el país armas, equipos sofisticados de comunicación, software de seguridad, drogas y otros elementos que no habían sido incluidos en la declaración de “buena voluntad” previa al desembarco. El gobierno argentino decomisó los materiales no consignados e inició una investigación para determinar la naturaleza del ilícito.

Estados Unidos argumentó que se trata de “material para un curso que los paracaidistas del Ejército estadounidense impartirían al grupo especial de Operaciones (GEOF) de la Policía Federal sobre rescate de rehenes y manejo de crisis”. Si fuese así, no se entiende por qué no fue declarado, ni el ridículo gesto de un uniformado de sentarse encima de uno de los contenedores para resistir su apertura.

La palabra que más utilizaron los diplomáticos de Estados Unidos fue “perplejidad”, que alude a un estado de confusión. En palabras de María Moliner -diccionario de uso del español- quiere decir que no sabían “qué pensar, cómo salir de esa situación embarazosa o cuál elegir entre varias decisiones posibles”.

Para la cancillería argentina es un hecho grave de desconocimiento de las leyes argentinas que lesiona la soberanía nacional.

Hasta ahí, un incidente diplomático, la mayoría de los cuales termina en “empate”. Los hechos de importancia han tenido lugar ayer y son los que parten del Ministerio de Seguridad. El entredicho -según Página 12- “decidió al Ejecutivo a revisar todos los convenios firmados y suspender, en consecuencia, su aplicación.

Desde nuestra óptica consideramos que la medida es pertinente y revela coherencia. Hace ya tiempo que los militares argentinos no viajan a entrenarse en la tristemente célebre Escuela de las Américas y no se entiende porqué la policía debía recibir cursos elaborados por el Pentágono, ya sean dictados en territorio argentino, en EEUU (Fort Benning) o en la Escuela de Policía (ILEA ) en El Salvador.

En un comunicado difundido hoy por el Movimiento por la Paz, la Soberanía y la Solidaridad entre los Pueblos (Mopassol) de Argentina repudiando el intento avasallador de los Estados Unidos se indica una salida viable que los humanistas compartimos: “La existencia de la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR) que en los próximos días alcanzará su pleno estatus jurídico, así como del Consejo de Defensa Sudamericano y el Centro de Estudios Estratégicos constituido en el ámbito de Unasur, ofrecen una posibilidad concreta para avanzar en una política de formación de nuestra fuerzas armadas acorde con los proyectos de integración regional con soberanía que se abren paso en el continente”.

Nilda Garré anunció también que se le quitará a la policía federal la confección de pasaportes. Afirma la nota de Página 12 que “Garré les dio una semana a la Policía Federal, la Gendarmería, la Prefectura y la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) para que presenten el plan de cursos y está decidido que el ministerio suspenderá la participación argentina en cualquier capacitación en materia de seguridad en que los profesores sean militares”.

Compartimos el criterio de la ministra Garré. Los humanistas sostenemos que las Fuerzas Armadas no deben aplicarse a la seguridad interna -bastante hemos sufrido los argentinos bajo la dictadura militar y la Doctrina de Seguridad importada desde los Estados Unidos- tarea que le corresponde a la policía. Tampoco es coherente que los instructores de la policía sean militares y menos aún de países con los cuales no hay reciprocidad. Congratulaciones Señora ministra.

http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-162670-2011-02-19.html
http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-162660-2011-02-19.html