Una vez más, el peligro bélico resuena fuerte en el mundo. En Afganistán la guerra es una tragedia cotidiana. En otros lugares, como en el Golfo Pérsico o el mar vecino a la península de Corea, los preparativos tienen la dimensión de una fuerte amenaza. Un conflicto interminable desangra al Medio Oriente. Proliferan en los cinco continentes las bases militares extranjeras y las flotas de guerra de los Estados Unidos recorren los mares y océanos. Un viejo diferendo vuelve a reactivarse en América Central.

No es posible ignorar que existe una real amenaza de guerra sobre la cual vienen alertando las voces más lúcidas del planeta. Con las armas nucleares y otras armas de destrucción masiva está en peligro la vida misma sobre la tierra. Frente al peligro hace falta actuar. Todos y todas tenemos que hacer oir nuestras voces.

Entendiéndolo así y en respuesta a la invitación de la Mesa Directiva del Movimiento por la Paz, la Soberanía y la Solidaridad entre los Pueblos, nosotras y nosotros acordamos constituirnos en Consejo Consultivo del Mopassol para aportar nuestras reflexiones, contribuir a la definición de los objetivos comunes y apoyar activamente sus principales líneas de acción por la paz.

Tenemos en cuenta que en estos mismos días, la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), una alianza agresiva creada hace más de sesenta años, realiza su Cumbre en Lisboa, Portugal. Pero en la actualidad la OTAN ya no abarca solamente a algunos Estados de Europa, Canadá y Estados Unidos; se ha ampliado integrando a 28 países siempre bajo el comando de Washington. Precisamente el objetivo de la Cumbre de Lisboa es definir el alcance global de la OTAN y ampliar su papel como motor de opresión y de guerra, reafirmando sus objetivos permanentes. Se dispone a aumentar la capacidad para enviar fuerzas a distancias estratégicas por un período prolongado; inaugurar nuevas alianzas para la guerra; procurar la adhesión de nuevos miembros; promover una reforma militar para alcanzar mayor flexibilidad, movilidad y versatilidad, y mantener sus propias fuerzas en términos de armas nucleares al mismo tiempo que combaten su proliferación en terceros países.

En definitiva, la OTAN se alista a desempeñar en plenitud su papel de brazo armado de la dictadura global del imperialismo contra las aspiraciones liberadoras de los pueblos. Con ello pretenden mantener la explotación en beneficio propio de los bienes naturales de la humanidad, consagrar su “derecho” a contaminar el medio ambiente y violar impunemente la soberanía de otros países.

Por eso es tan importante denunciar sus planes. Y en particular para nosotros dar a conocer y condenar la presencia de una fortaleza militar de OTAN en las Islas Malvinas, al amparo de la aberrante ocupación colonial que Gran Bretaña mantiene desde el siglo XIX en nuestros archipiélagos del Sur.

Por eso también entendemos que debemos sumarnos activamente a la Campaña Continental por una América de paz, libre de bases militares extranjeras y, desde los espacios en que cada uno/a de nosotros/as actúa apoyar la Campaña en nuestro país.

En ese sentido proponemos al Mopassol y comprometemos nuestros esfuerzos para impulsar la realización de un festival y actividades político-culturales conexas para promover la más amplia participación de la juventud en la lucha por la descolonización y contra la fortaleza militar emplazada en Malvinas.

Estar alerta es denunciar a los promotores de la guerra. Si en la denuncia se involucran millones de personas organizadas en defensa de la vida, entonces estaremos construyendo la esperanza de avanzar en la conquista de la paz.

Consejo Consultivo del Mopassol:
Luis Ammann, Horacio Ballester, Rina Bertaccini, Atilio Borón, Stella Calloni, Alfredo Caporaletti, Patricio Echegaray, Alfredo Ferraresi, Graciela Iturraspe, Beverly Keene, Telma Luzzani, Víctor Mendibil, Magaly Millán, Miguel Monserrat, Adolfo Pérez Esquivel, Graciela Romanelli, Alejandro Rusconi