Los documentos, terriblemente detallados, dan muestra del cotidiano torrente de violencia, asesinatos, violaciones y torturas al que han sido sometidos los iraquíes desde que George W. Bush declaró *“Misión cumplida”*. Los documentos publicados por WikiLeaks, conocidos como *“Registros de la Guerra de Irak”* han ocupado los primeros lugares en los titulares de Europa, pero en Estados Unidos apenas mereció mención en los programas de entrevistas de los domingos.
En primer lugar, están los documentos en sí. Hablé con Julian Assange, fundador y editor en jefe de WikiLeaks.org y él me explicó: *“Estos documentos cubren desde el año 2004 hasta comienzos del 2010. Es la descripción más certera de una guerra que se haya publicado jamás. De los documentos surge que hubo 285.000 víctimas que se van sumando informe tras informe. Se puede ver cada víctima, dónde sucedió, cuándo sucedió y quién estuvo involucrado según los informes internos de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos.”*
David Leigh, editor de investigaciones del periódico the Guardian de Londres, me dijo refiriéndose a la información filtrada: *“Representa materia prima para la historia. Poseer esta información es algo de inmenso valor ya que, como todos sabemos, durante los últimos seis o siete años de invasión y ocupación de Irak, ésta ha ido acompañada, como ocurre con frecuencia, de propaganda, interpretaciones, versiones saneadas. Esta es la versión lisa y llana de los hechos y es claro que esta versión lisa y llana, sin adornos, confirma lo que muchos de nosotros temíamos y lo que muchos periodistas han intentado informar a lo largo de estos años: que Irak se convirtió en un baño de sangre, con asesinatos innecesarios, matanzas de civiles, torturas y personas golpeadas hasta morir.”*
Los informes, redactados con el inexpresivo lenguaje burocrático y plagados de jerga militar, brindan detalles espeluznantes. Si vamos al sitio web de Wikileaks y buscamos en los cientos de miles de registros, veremos que palabras tales como *“violación”*, *“asesinato”*, *“ejecución”*, *“secuestro”* y *“decapitación”* aparecen una y otra vez en los cientos de miles de informes, documentando así, no sólo la escala y regularidad de la violencia, sino en definitiva, una nueva cifra total de víctimas civiles en Irak.
La organización Iraq Body Count, con sede en Inglaterra y que posee una base de datos sobre las muertes en Irak a partir de una cuidadosa investigación que contabiliza únicamente las muertes documentadas, estima que los *“Registros de la Guerra de Irak”* documentan 15.000 muertes de civiles que no habían sido registradas hasta ahora, lo que lleva a una cifra total de más de 150.000 muertes desde el inicio de la invasión, un 80 por ciento de las cuales son víctimas civiles.
En un incidente en febrero de 2007, dos hombres iraquíes intentaban rendirse ante el ataque de un helicóptero de combate estadounidense. Los informes revelan que se ordenó a la tripulación regresar a su base y se les dijo: *“Los hombres no pueden rendirse ante una aeronave, por lo que son un blanco válido”*, Ambos hombres fueron asesinados. Se trataba de la misma unidad y el mismo helicóptero que, unos meses después, atacó a un grupo de civiles en Bagdad, asesinó a todos los hombres que formaban parte del mismo, entre ellos a dos empleados de la agencia de noticias Reuters, e hirió a dos niños. Este incidente que también se encuentra documentado en los Registros de la Guerra de Irak dio origen a otra destacada publicación de WikiLeaks llamada *“Asesinato Colateral.”*
US SOLDIER: *“Light ‘em all up. Come, on, fire!”*
*“(gunshots)”*
La filmación del ataque realizada desde el propio helicóptero Apache, con la correspondiente grabación de la radio militar,
*“(gunshots)”*
US SOLDIER: *“Keep shooting”*
muestra soladados que ríen e insultan mientras asesinan a civiles y hacen noticia en todo el mundo.
US SOLDIER : *“One small child wounded. Over.”*
US SOLDIER : *“Roger. Ah, damn. Oh, well.”*
Imaginemos si las operaciones militares no fueran así de secretas, si el asesinato de febrero de los dos hombres con los brazos en alto intentando rendirse se hubiera hecho público. Si hubiera habido una investigación y se hubiera aplicado una acción punitiva apropiada. Quizás el camarógrafo de Reuters, Namir Noor-Eldeen, de 22 años de edad, y su chofer, Saeed Chmagh, padre de cuatro hijos, hoy estarían vivos, y quizás también estarían vivos los civiles junto a los que tuvieron la mala suerte de caminar aquel fatídico día de julio. He aquí la importancia de la transparencia.
En las grandes cadenas de televisión, los programas políticos del domingo apenas tocaron el tema de la mayor filtración de información clasificada en la historia de Estados Unidos. Cuando se les preguntó por qué no trataron ese tema, afirmaron que las elecciones de mitad de mandato eran su prioridad. Está bien… pero la guerra es un tema de las elecciones y debería surgir en cada debate, discutirse en cada programa de entrevistas, de análisis político.
Imagino a los medios masivos de comunicación como a una enorme mesa de cocina que se extiende por todo el planeta y alrededor de la cual podemos sentarnos todos, y debatir y discutir los temas más importantes del día: la guerra y la paz, la vida y la muerte. Hacer menos que eso perjudica a los hombres y mujeres en servicio, soldados de este país que no pueden desarrollar estos debates en las bases militares y confían en nosotros, la sociedad civil, para discutir y determinar si van a vivir o a morir, si serán enviados a asesinar, a ser asesinados. Hacer menos que eso menoscaba a cualquier sociedad democrática.