El número de incendios se ha multiplicado en las últimas veinticuatro horas en la zona de Moscú.
Ante la magnitud del desastre, el viceministro de Situaciones de Emergencia, Alexander Chuprian, anunció que los bomberos lucharán a partir de este sábado contra los incendios *»las 24 horas del día»*.
Mil bomberos adicionales han sido enviados a la región capitalina, donde los fuegos provocan una capa de humo que cubre Moscú y reduce enormemente la visibilidad.
El humo ha logrado pasar bajo las puertas y colarse en los hogares y las oficinas moscovitas, incluso dentro del metro de Moscú, uno de los sistemas de transporte más eficaces y construidos a mayor profundidad en el mundo.
En Moscú, el nivel de monóxido de carbono está siendo 6,6 veces más alto que el del umbral de alerta internacional.
Quienes pueden están intentando abandonar la ciudad, precipitándose a los aeropuertos, cuyo funcionamiento se ha visto perturbado también por el humo. *»Es infernal, todos los vuelos están retrasados o anulados , hay miles de pasajeros que esperan en medio de un calor asfixiante y el humo, y el aire acondicionado ya no funciona»*, contó por teléfono un pasajero, que esperaba su vuelo en el aeropuerto de Domodedovo, al sur de Moscú.
La agencia aeronáutica Rosaviatsia indicó que efectivamente decenas de vuelos fueron retrasados o anulados en los aeropuertos de Domodedovo y de Vnukovo (al suroeste de Moscú). Según los servicios meteorológicos rusos, el humo no se disipará antes del miércoles próximo.
Alrededor de 7.000 militares están combiendo también los incendios junto a las decenas de miles de bomberos. Las autoridades reconocieron esta semana que dos bases militares ardieron el 29 de julio en la región de Moscú.
El Ministerio de Situaciones de Emergencia señaló que los incendios seguían extendiéndose en el oeste del país y que los meteorólogos no han previsto ninguna mejora para los próximos días.
Este sábado, 193.500 hectáreas estaban ardiendo. Según el balance oficial, 52 personas han muerto en los incendios, que arrasaron pueblos enteros. El presidente ruso, Dimitri Medvedev, sacó 350.000 rublos (unos 11.750 dólares) de su cuenta personal para ayudar a las víctimas de los incendios.
Alemania cerró su embajada hasta nueva orden, y ha pedido a sus ciudadanos que se abstengan de todo viaje que no sea esencial a las zonas afectadas. Por su parte, el Departamento de Estado estadounidense pidió a sus ciudadanos que revisen sus proyectos de desplazamiento a Rusia.