Más de 200 activistas del Partido Humanista (PH) y de La Comunidad para el Desarrollo Humano se movilizaron el pasado 6 de agosto a las puertas de la Embajada de Estados Unidos en Argentina para dar a conocer su postura de repudio al armamentismo nuclear, que tuvo como máximo exponente el ataque a la ciudad japonesa de Hiroshima en 1945 por parte del gobierno estadounidense. Ante una fuerte presencia policial, los manifestantes leyeron un comunicado y dieron a conocer sus propuestas a la prensa y los transeúntes.
El 6 de agosto 1945 el gobierno de Estados Unidos atacó Hiroshima mediante una bomba atómica. El saldo de la explosión fueron 170 mil muertos en los primeros minutos, días más tarde descargaron la segunda en Nagasaki, con un saldo de 60 mil muertos y 80 mil heridos. Hoy, a 65 años de aquella funesta agresión nuclear, existen 30.000 ojivas nucleares capaces de destruir 25 veces el planeta.
Al respecto, la vocera del Partido Humanista de Argentina, Bernardita Zalisñak, sostuvo: «Tenemos que comprender que la posesión de armas nucleares chantajea al mundo, imponiendo condiciones y políticas igualmente genocidas al interior de los países condenándolos al hambre, el analfabetismo, la inseguridad y la falta de futuro».
El Partido Humanista fue una de las organizaciones convocantes de la Marcha Mundial por la Paz y la No Violencia que recorriera el mundo en tres meses durante el año pasado, realizando todo tipo de manifestaciones en cientos de ciudades. La manifestación culminó en Punta de Vacas, Mendoza, al pie del Aconcagua el 2 de enero de este año, en un encuentro con gente de los cinco continentes y de distintas de nacionalidades, religiones, estilos de vida y edades.
Con esa movilización planetaria se exigió el fin inmediato de las guerras, el retiro de las tropas de los territorios ocupados, la firma de tratados de no agresión, el desarme nuclear inmediato, el desarme convencional progresivo, y el repudio a toda forma de violencia. “No alcanza con el pacifismo, es urgente instalar la metodología de la No Violencia Activa, como forma de superar los distintos tipos de violencia y salvar al hombre de la venganza, que se encuentra en la raíz de nuestra cultura”, finalizó la vocera humanista.