La misma consistió en un relato de su viaje por San Petersburgo, Ulan-Ude, República de Buratia (Federación Rusa) y Ulan-Bator (Mongolia), que es parte de una investigación de campo sobre las prácticas chamánicas y budistas.
A continuación, un extracto del relato que brindó en el Parque de Estudio y Reflexión La Reja.
“San Petersburgo resultó una puerta de entrada adecuada, ya que nos permitió concretar contactos que fueron de mucha utilidad en el resto del recorrido:
Sergey Pakhomov: profesor de religiones comparadas, especializado en tantrismo. Con su invitación a dar una charla sobre las 4 Disciplinas en su Centro de Estudios de Misticismo y Esoterismo, comenzó todo esto. La charla se dio en el 21 de abril, bajo el tìtulo de: “Las cuatro vías de acceso a lo Profundo en la Escuela de Silo”. El nos abrió los contactos siguientes en el listado, y los contactos con Ulan-Ude: Andrey Terentev: editor de la revista “Budismo en Rusia” y de libros especializados en budismo, ampliamente conocido en el mundo budista ruso y Buda Badmaev: abad del Datsan (templo-monasterio budista) de San Petersburgo, fundado por Agvan Dorzhiev en 1915.
La visita al Datsan y la participación en un Jural (ceremonia religiosa del budismo tibetano), así como los contactos realizados con gente de diferentes corrientes místicas, nos permitió ir entrando en una franja de interés.
Buryatia – Ulan-Ude
Ya en Buriatia, república ubicada en la Transbaikalia o mongolia rusa, 100 km al sudeste del Lago Baikal, lugar sagrado por excelencia para los habitantes de toda esta región buriato-mongola, nos encontramos con un enorme sincretismo místico-religioso entre el chamanismo buriato (vertiente importante del chamanismo siberiano-mongol) y el budismo tibetano lamaísta. A diferencia del resto de Rusia la presencia aquí de la iglesia ortodoxa rusa es mínima, por no haber logrado históricamente imponerse sobre las fuertes creencias chamánicas de los pobladores de la zona. Cosa que sí logró el budismo, aunque no eliminando al chamanismo, sino integrando muchos de sus elementos. Así, la corriente predominante hoy aquí es el budismo tibetano gelugpa o secta “de los gorros amarillos”.
En este lugar, Ulan-Ude, pudimos ya avanzar en tres líneas de investigación:
1. Las prácticas del chamanismo siberiano buriato.
2. Las prácticas religiosas y místicas del budismo tibetano lamaísta, más puntualmente de la escuela tántrica Kalachakra.
3. Los intercambios sobre ambos temas con los especialistas rusos del Centro Buriato de la ACR, especialmente de la sección budista-tibetano-mongola del centro, y el material escrito al que pudimos acceder.
Chamanismo
Visitamos en tres oportunidades el centro religioso chamánico “Tengeri”, ubicado en un barrio alejado pero dentro de los límites de la ciudad, considerado el centro más activo de la región, con autorización para funcionar públicamente. La posibilidad de dar con chamanes “no oficiales”, “originarios”, quedó pendiente por el momento; porque según nos explicaban, se “esconden” en los bosques de las zonas montañosas aledañas al Lago Baikal, a las que se puede llegar sólo en verano y acompañados por guías del lugar. Los datos y contactos para poder concretar esto en una próxima visita quedaron abiertos.
De todas maneras, en el centro “Tengeri” (que en buriato-mongol significa habitantes del cielo) participamos de dos sesiones chamánicas, una con entrada en trance clásica a través de los “bubnas” o tambores chamánicos y otra a través de campanillas y el mantra budista tibetano “Om mani badme hum”.
En el caso de las sesiones colectivas, eran llevadas adelante por tres chamanes con la presencia activa de pobladores, buriatos y rusos, interesados en pedir la ayuda de los espíritus a través de ellos. Primero los tres juntos hacen una invocación conjunta de los espíritus de sus antepasados; para, luego de un intervalo, ir entrando uno a uno en trance para dar ayuda espiritual a los devotos. Luego se hace una ofrenda colectiva a los espíritus, a cielo abierto, de leche, agüita (vodka), galletas y dulces en general. Finalmente, para cerrar la sesión con un agradecimiento, colectivo, adentro de la sala nuevamente, a los espíritus que llegaron a ayudar.
Es notable la devoción de los creyentes, especialmente al momento de la entrada en trance y “llegada” de los espíritus, al acercarse a consultar y en el agradecimiento final.
Budismo tibetano lamaísta
Notable también es la similitud de las ceremonias chamanas de ofrendas con la ceremonia lamaísta de cierre del ritual anual Kalachakra, llamada “Yinsreg”, con ofrendas a través del fuego a las 722 divinidades de la mándala, comenzando por el “dueño del fuego”. Este ritual cumple también con una función protectora: alejar a los “malos espíritus”, dar protección, fuerza y bienestar a los creyentes. “Casualmente”, las dos ceremonias, chamana y lamaísta, se realizaron el mismo día. También el día 23 de mayo estaban programadas dos ceremonias muy significativas: la de “apertura de los portales del Cielo” por los chamanes, y la “destrucción de la mándala Kalachakra”, cierre simbólico del ritual anual Duinkhor, por los lamas budistas.
Kalachakra del sánscrito significa la “rueda del tiempo”, el término tibetano es “Duinkhor” y alude a la ciclicidad, impermanencia e insustancialidad de los fenómenos.
Observación: es muy interesante ver las claras trazas del budismo temprano, claramente mental, dentro de este lamaísmo sincrético, después de todas las transformaciones que ha ido sufriendo en su recorrido por la India primero (shivaismo) y el Tibet después (chamanismo bon), hasta llegar a estos lugares… y mezclarse con el chamanismo siberiano-mongol.
Entonces, siguiendo una antigua tradición, el día 15 del 3er. mes lunar en todos los datsanes del Tibet, Mongolia y Buriatia comienza el Jural “Duinkhor”, ritual anual dedicado a la divinidad tántrica Kalachakra. Este ritual dura aproximadamente un mes lunar. La primera semana es la construcción de la mándala, con polvo de piedras del lago sagrado Baikal, teñidas de distintos colores. La construyen entre 4 monjes, que cada día de 6 a 10 hs hacen sus oraciones y meditación con mantras, hasta convertirse en la divinidad, y luego, de las 10hs hasta la noche trabajan en la construcción de la mándala, uno desde cada lado. La segunda y tercera semana son las oraciones, ceremonias y meditaciones centrales del ritual, “colocándose” dentro de la mándala; y la cuarta semana incluye el ritual de “destrucción de la mándala”, con el que termina el período anual de ceremonias, y tiene el significado profundo del desapego, de recordar que todo lo manifestado es impermanente.
En Buriatia, de la cantidad de monasterios existentes, solo uno de ellos, el Verjni-Veriozovsky de Ulan-Ude, está plenamente dedicado al tantrismo Kalachakra y cuenta con una “facultad Duinkhor” que forma a nuevos lamas en esta escuela, hasta hace poco “secreta” en general, y hoy abriéndose más ampliamente a iniciaciones numerosas y rituales públicos. También encontramos un templo tántrico “Duinkhor” en el monasterio más grande de Buriatia: el Ivolguinsky Datsan, que tiene alrededor de 700 lamas, pero la escuela Duinkhor no está activa allí, ahora. En su gran mayoría los datsanes están centrados en la formación filosófica y en el culto religioso dentro del budismo tibetano gelugpa.
Interacción
Es muy evidente la interacción entre chamanismo y lamaísmo, que comparten muchas alegorías y aspectos ceremoniales. Se puede ver a los lamas, igual que los chamanes, haciendo ofrendas al fuego, ofreciendo leche, vodka, dulces y galletas a sus divinidades, atendiendo consultas y adivinando el futuro a través de sus cuentas de rosario… Y a los chamanes invocando a los espíritus a través de campanillas y del mantra budista“Om mani badme jum”… Se puede corroborar perceptualmente la afirmación de muchos estudiosos locales, de que al llegar el lamaísmo a estas tierras fue incorporando numerosos elementos del chamanismo de modo de atraer a la población a su culto. Sutilizando algunas prácticas, como por ejemplo la ofrenda de cereales, leche, galletas, en lugar de los sacrificios animales (y humanos) chamánicos; la entrada en conciencia inspirada a través de la repetición devocional de mantras, en lugar de la sobreestimulación perceptual y motora de la entrada en trance chamánica.
También ambos han sufrido en su momento la represión estalinista y la presión de la iglesia ortodoxa rusa oficial, aún hoy, por lo que hay una cierta complicidad tácita y respeto mutuo.
En el caso de Mongolia, la represión y destrucción no ha sido tan amplia, quedando en pie varios monasterios importantes, aún cuando convertidos en museos, y mucha más literatura. Entre datsanes y archivos científicos se estiman en alrededor de 2 millones las unidades de textos sagrados guardados dentro de Mongolia.
Aproximadamente la mitad de lo que se estima hay en la biblioteca central de Potala, en Lhasa.
En el caso del chamanismo es muy poca la literatura existente. Recién el último día antes de volver, pudimos dar en la biblioteca nacional con un texto de interés, escrito en 1846 por el científico buriato Dorji Banzarov,: “La fe negra, o el chamanismo en los mongoles” (en esa época esta región era denominada Buriat-Mongolia); y un libro sobre los lugares de culto chamánico alrededor del Baikal, de edición reciente; con su autor, buriato, tuvimos una conversación muy interesante en función de conectar con chamanes “no oficiales” en una próxima visita.
Mongolia
Después de 14 horas de ómnibus desde Ulan-Ude llegamos a Ulan-Bator, capital mongola. Ya a lo largo de la ruta nos fuimos encontrando con numerosos lugares de culto: los “Oboo” que pueden ser monolitos de madera tallada circundados por mástiles, también de madera, y cantidad de “Jadakis” o pañuelos sagrados (habitualmente color azul cielo, pero pueden ser también rojos, blancos, amarillos y verdes cuando van en juego) atados a ellos. También el “oboo” puede ser simplemente un cúmulo más o menos numeroso de piedras del lugar con un pequeño mástil al centro, en donde van atados los “jadakis”. Estos pañuelos los fuimos viendo cada vez más frecuentemente, no sólo en obos, sino también en árboles, puentes, plantas, piedras, cualquier lugar en donde pueda ser atado un pañuelo así. E idénticamente en lugares de culto chamánico o budista.
En el caso de Mongolia el sincretismo entre ambos cultos ya es total.
Aquí estuvimos cuatro días con ayuda de traductores, lo que enlenteció bastante los movimientos. En resumen logramos:
Participar de una sesión chamánica “privada” con una chamana de barrio, en su “oficina” de un barrio humilde de la ciudad.
Participar de dos “Jurales” en el monasterio Gandan, el más grande de Mongolia con alrededor de 1.000 lamas, ubicado en plena ciudad. Uno de ellos un Jural “Duinkhor”, también parte de las celebraciones del ritual anual de Kalachakra, aunque bastante más deslucido que en el caso buriato.
Visitar varios museos interesantes: el de historia de Mongolia, el palacio-museo del Bogdo Khan 8vo. y el museo de arte de Zanabazar, 1er. Bogdo Khan mongol.
Tener una entrevista con un chamanista, investigador del chamanismo mongol, que ayudó mucho a ilustrar la historia reciente y la situación actual del chamanismo en la zona.
Conseguir alguna literatura de interés referida al chamanismo en Mongolia, y videos y material ilustrado referido al budismo tibetano aquí.
Chamanismo
Respecto del chamanismo, al igual que en Buriatia, consideran que hace unos 40-50 años que no hay “chamanes fuertes”, con capacidades extraordinarias, propias del 6o. y 7o. Cielo: volar, desplazarse a gran velocidad, introducirse en el cuerpo de otro para curarlo, etc.
A partir de los años 90 comenzó a restablecerse y popularizarse nuevamente la práctica chamánica, y la habilitación de nuevos chamanes, aunque la capacidad chamánica solo puede ser recibida por herencia. Si no hay continuidad genética, no hay chamán.
Están surgiendo en los últimos años chamanes muy jóvenes, incluso de hasta 13 años, que los chamanistas mongoles consideran como primeros representantes de una nueva civilización. Ellos consideran que estamos en un momento histórico clave, cuando los grandes espíritus volverán a la Tierra para ayudar al nacimiento de esa nueva civilización… Y que esta vez, según le fue anunciado hace poco a una joven chamána: “los grandes espíritus vendrán del Atlántico”… Y los chamanes tienen una muy importante función que cumplir como conectivas con esos espíritus.
Lamaismo
Por otra parte, y al mismo tiempo, la incidencia creciente del budismo tibetano lamaísta, hasta convertirse en religión estatal en el siglo XVII con el 1er. Bogdo Khan, Geguen Zanabazar, lama mongol de grandes poderes y extraordinaria capacidad artística, basados en sus prácticas “secretas” del tantrismo Kalachakra. De allí en adelante los Bogdo Khanes 2 al 9 han sido lamas tibetanos llegados a Mongolia con ese título y función.
El Bogdo Khan octavo fue también de gran poder, lo mismo que su oráculo, una mezcla de chamán y lama tántrico, que entraba en trance en el templo “Duinkhor” ubicado dentro del palacio del Bogdo Khan y luego salía al patio a comunicar a funcionarios y jerarcas religiosos las profecías trasmitidas por espiritus y divinidades.
Durante todo ese período y hasta el primer cuarto del siglo pasado, se realizaban con gran magnificencia las Danzas Tsam, misterios tántricos tibetanos apoyados con máscaras y disfraces de gran colorido, de las que participaba ampliamente la población.
El budismo tibetano sigue siendo hoy la religión estatal, y el símbolo nacional mongol una estilización del símbolo Kalachakra, creado en el siglo XVII por el Bogdo Khan Zanabazar.
En el caso de Mongolia es muy evidente la vigencia hoy de una religiosidad difusa e irracional inspirada por igual en el chamanismo y el tantrismo tibetano. Así como es evidente un cierto vacío, falta de referencias claras por parte de los representantes de ambas corrientes. Cosa que tal vez pueda ser una condición interesante para el avance de la Escuela y el Mensaje de Silo en estos lugares.
En cuanto al logro de estados de conciencia inspirada, en el caso del chamanismo, según lo comentado por los chamanes mismos en Buryatia, se logra entrar en trance a través de las vibraciones, bajas o altas, de acuerdo al instrumento utilizado. Facilitando las cosas la preparación previa a través del canto repetido, la inhalación del humo de hierba “bogorodnaya”, el agüita y la invocación del espíritu en fuerte actitud devocional. La pipa de tabaco se fuma una vez ya en trance, aparentemente para sostenerlo. Cierto perfeccionamiento de las técnicas parece haber llevado a un determinado nivel de manejo del trance, que permite entrar y salir con facilidad y evitar disociaciones y abreacciones exageradas.
En el caso del lamaísmo, a través de la concentración progresiva en la representación de la divinidad y la repetición del mantra respectivo hasta la entrada en extasis o arrebato. La explicación del lama dedicado al tantrismo Kalachakra, incluyó los siguientes pasos:
1- Invocación de la divinidad, representándola frente a uno y precisando, uno a uno detalladamente, todos los atributos contenidos en la imagen de la divinidad y su alrededor. Luego se aleja la representación.
2- Se vuelve a invocar y representar la divinidad Kalachakra y su alrededor, realizando ahora las alabanzas del caso, a través de los mantras respectivos, y las ofrendas, tanto materiales como mentales. Vuelve a alejarse la representación.
3- Se invoca por tercera vez a la divinidad, y esta vez el operador se funde con ella, transformándose él mismo en la divinidad y su alrededor.
Este proceso se realiza primero en uno, individualmente, haciendo nacer en sí mismo la divinidad. Y luego ya en conjunto, ubicándose los lamas dentro de la mándala; invocando a bajar, alabando y ofrendando a las 720 divinidades, y transformándose el operador mismo en divinidad. Allí se produce la entrada al estado de conciencia inspirada. Ellos hablan de 5 niveles o estados sucesivos: iluminación del cuerpo, iluminación del habla, iluminación de la mente, estado de sabiduría y estado de nirvana.
4- El surgimiento del registro de compasión impulsa a volver hacia este espacio-tiempo, para ayudar a todos los seres vivos a salir del sufrimiento.
Continuidad
Volveremos a Buryatia y Mongolia a partir del próximo 21 de julio, pero esta vez en equipo y con un doble objetivo: además de las investigaciones que interesen a cada uno, como equipo el objetivo será la irradiación de nuestras cosas en esta área del Asia. Esto es, comenzando por la apertura de una Salita del Mensaje de Silo (lo más probable en Ulan-Bator), intentaremos ir armando ámbito alrededor de nuestros temas y prácticas, informar sobre los Trabajos de Escuela y ojalá, inspirar la puesta en marcha de un Parque de Estudio y Reflexión.
Uno de los miembros del equipo estará durante 3 meses continuados (Hugo N., Parque de Estudio y Reflexión Carcarañá), mientras que otros irán rotando durante 3 o 4 semanas cada uno (Ariane W., Claudia Salé, Claudie Baudoin de Parque La Belle Ideé; y Balasz S. de Parque Mikebuda).