«Mientras se van desintegrando todas las estructuras y comienzan los desbordes», dijo, «desbordes sociales que no se deben a la agitación… Hay un malestar total en todos los campos y, sin embargo, frente a toda la violencia que hay en el mundo, frente a toda la desintegración y a la decadencia total, empezamos a encontrarnos con síntomas de nuevos tiempos».

«Claramente se está perfilando un nuevo horizonte. Así es que no nos va a interesar mucho seguir criticando los desastres del mundo actual. No perderemos más tiempo. Ya lo conocemos, ya sabemos a dónde va».

«Este descubrimiento de la vida artificial merece un brindis! ¡Sí, lo merece! Que este nuevo descubrimiento lo vayan a manipular, que lo vayan a instrumentar… no cabe la menor duda, eso se ha hecho con todas las cosas. Pero de todos modos, ya se ha escapado de las manos; de los controles de siempre. Se ha escapado».

«Ahora hay algunos que están enojadísimos con eso. *»Hay que dejarse de jugar a Dios»*, dicen».

«Estamos jugando a Dios, y esto de estar jugando a dios – me parece – es una muy buena dirección. Como decían nuestros queridos antepasados, ya muy lejanos: *»Ni dios, ni amo»*.

«Hay un espíritu divino en la gente…¡He! ¡Vamos! Un mínimo de poesía!. Y con ésto se está abriendo un horizonte. ¿Queremos llamarle un horizonte de poesía, en la práctica? Bueno, como quiera. ¿Una *»nueva espiritualidad»*? bueno, ¿porque no? Pero se está abriendo otra frontera mental ¡sin ninguna duda!»