Hoy, la octava conferencia de revisión del TNP (Tratado de No Proliferación Nuclear) finalmente se puso en marcha, a cinco años de la última edición fallida. En una atmósfera que es en general mucho más optimista que la última vez, debido al cambio de administración de Estados Unidos, la gran desavenencia entre este país e Irán estuvo dramáticamente resaltada por el abandono de varias delegaciones durante el discurso del presidente iraní, Mahmoud Ahmadinejad.
Para comenzar la serie de discursos del día, se encontraba el Secretario General de la ONU, Ban Ki-Moon, quien se dirigió a los delegados en representación de la población mundial diciendo “Las personas del mundo cuentan con ustedes para tomar medidas”. Al recordarles sobre el fracaso de la revisión anterior, también en gran parte debido a la intransigencia entre Estados Unidos e Irán, agregó “Esta vez podemos, y debemos, mejorar”.
El Secretario General demandó avances en el desarme; la ratificación universal del tratado; el desarrollo de la energía nuclear bajo garantías acordadas, muy a pesar de los grupos ecológicos de presión; la confirmación del Tratado de Prohibición de Pruebas Nucleares; negociaciones por un tratado para prohibir la producción de material de fisión; una zona libre de armamento nuclear en el Medio Oriente y alentar a Irán a comprometerse “de manera constructiva” con la IAEA (Agencia Internacional de Energía Atómica), ya que “tiene la responsabilidad de despejar las dudas y las preocupaciones sobre su programa”. Al referirse a Corea del Norte, la exhortó a regresar al diálogo con las seis naciones.
La primera Nación convocada para disertar fue además la más controversial. El presidente Ahmedinajad en persona había viajado desde Teherán para presentar la postura de su país. Advirtó que “la producción y posesión de una bomba nuclear, bajo cualquier pretexto, es un acto muy peligroso que hace ante todo el país productor y un arsenal expuesto… La única función de un arma nuclear es aniquilar a todos los seres vivos y destruir el medio ambiente… La bombra nuclear es más bien una hoguera para la humanidad que un arma de defensa…”.
Llamó a la posesión de armas nucleares “detestable y vergonzosa”.
Criticó a los NWS (Estados poseedores de Armamento Nuclear) por tener como propósito el dominio, culpó a Estados Unidos por la proliferación y denunció sus políticas de disuasión como las causantes de la existencia de más de 20.000 armas en el mundo. “El gobierno de los Estados Unidos no sólo ha utilizado las armas nucleares, sino que continúa amenazando con usarlas… contra Irán». Señaló la hipocresía de las NWS por querer impedir que las Naciones que no poseen armas nucleares ejerzan su derecho «inalienable» a la energía nuclear y acusa a los EE. UU. de poseer «doble discurso» por aceptar las armas nucleares israelíes.
“La IAEA está haciendo todo lo posible para presionar a las naciones sin armas nucleares con el pretexto de los riesgos de la proliferación de bombas nucleares mientras que aquellas naciones que las poseen continúan gozando de inmunidad absoluta y derechos exclusivos”.
“Sería inocente e irracional esperar una iniciativa voluntaria real de desarme y de no proliferación, sencillamente porque consideran las armas nucleares como un elemento de superioridad”.
“Como dice un refrán iraní: «Un cuchillo jamás corta su propia empuñadura». Esperar que los principales distribuidores de armamento trabajen para establecer seguridad es mantener una esperanza ilógica”.
Prosiguió para acusar a Estados Unidos de desviar la atención pública de su propio incumplimiento del Tratado de No Proliferación Nuclear al utilizar la supuesta amenaza de terrorismo nuclear como una excusa para modernizar sus propios arsenales.
Propuso que “El TNP debería convertirse en el Tratado de No Proliferación y Desarme Nuclear”. Luego continuó para exigir que empiece a regir la propuesta de 1995 por una Zona Libre de Armamento Nuclear en Medio Oriente, para que EE. UU. retire sus armas con base en Alemania, Italia, Japón y los Países Bajos, además exigió que el Consejo de Seguridad de la ONU sea reorganizado.
Varias veces se refirió a la energía nuclear como una energía limpia y repitió la consigna de una conferencia internacional reciente en Irán «Energía nuclear para todos, armas nucleares para nadie». Tratando de apaciguar los miedos sobre las intenciones de Irán, el Presidente dijo que su gran nación no necesita de bombas nucleares para su crecimiento y que no las considera una fuente de honor y dignidad.
Como respuesta, la Secretaria de Estado de los EE. UU., Hillary Clinton, mencionó los discursos y las acciones recientes del presidente Obama y dijo que representaba a un Presidente y a un país cuya visión está comprometida con un mundo sin armamento nuclear.
A la vez que afirmaba que Estados Unidos está avanzando hacia el desarme, criticaba tanto a Corea del Norte como a Irán por incumplimiento y «engaño». “Esta mañana, el Presidente de Irán ofreció las mismas acusaciones falsas, aburridas y a veces salvajes contra los Estados Unidos y otros países de esta conferencia”.
La Secretaria de Estado continuó con que “Irán hará lo que sea posible para desviar la atención de sus propios registros y tratará de evadir la responsabilidad”, mientras que ignoraba las miradas de suspicacia de los que desconfían de las intenciones de su país y que no ven más que un poco de ironía en su argumento.
Clinton también ofreció para los grupos de presión antinucleares el anuncio de la presentación al Senado de los Estados Unidos de los protocolos para ratificar su participación en las zonas libres de armas nucleares que se habían establecido en África y en el Pacífico Sur.
Pero en definitiva, está claro que es posible que el presidente Obama vea su profecía de un mundo libre de armas nucleares durante su vida. Como Clinton lo expuso al grupo de delegados “el Presidente ha dejado claro que los Estados Unidos mantendrá un elemento disuasivo nuclear mientras que existan las armas nucleares; uno que pueda proteger a nuestro país y a sus aliados”.
Las organizaciones antinucleares reunidas por fuera de la conferencia tuvieron que sufrir colas de hasta 7 horas para recibir su acreditación, debido a que el personal de seguridad de la ONU era absolutamente escaso. Cuando al final ingresaron al edificio, muchos se decepcionaron al oír que los delegados occidentales trataron de manera irrespetuosa a Irán. Un vocero de un *Mundo sin Guerras* comentó: “Hay más que un aire de hipocresía en las relaciones de Estados Unidos con Irán. Es claro que nadie desea que Irán consiga armas nucleares, pero los países que se encuentran en mayor ‘infracción’ con el TNP son los Estados que poseen Armamento Nuclear y que año tras año no toman ninguna medida para un verdadero desarme. ¿Cómo se puede culpar a los países por tratar de obtener tecnología nuclear cuando su propia existencia se encuentra amenazada por el abusador más intimidante del mundo?”
En un panel de expertos organizado por la organización antinuclear del Reino Unido, CND (Campaña para el Desarme Nuclear), muchos expresaron tristeza y enojo porque ni siquiera una vez había sido mencionada IRENA, la Agencia Internacional de Energía Renovable, y porque la conferencia del TNP parecía estar invadida por la IAEA y su idea de proliferación de energía nuclear generalizada.
Las organizaciones antinucleares aún ponen las esperanzas en una “Convención de Armas Nucleares”, un nuevo tratado que se moviliza directamente hacia la prohibición de las armas nucleares como ya ha sucedido tanto con las minas terrestres como con las armas químicas, y están cruzando los dedos para que los países necesarios respalden la idea a fin de que al expresarse para tal efecto logre llegar a los acuerdos finales previstos para el 28 de mayo cuando finalice la revisión del TNP.
*(Traducción: Sandra Cravero)*