Las autoridades de ambos países fueron llegando al compromiso firmado hoy después de meses de arduas negociaciones, en los que se hablaba de estar en vía muerta, entre otras cosas, por la intención de los norteamericanos de ubicar en Europa un escudo antimisiles.
El acuerdo es la continuación del Tratado de Reducción de Armas Estratégicas de 1991 conocido como START, cuyo plazo expiró a fines del año recién pasado. El llamado *“nuevo START”* considera una reducción del 30% del número de cargas nucleares.
El pacto celebrado mediante una ceremonia realizada en la Sala Española, ex pinacoteca del emperador Rodolfo II en el Castillo de Praga, tuvo lugar pasadas las 10 horas locales, con la presencia de su colega checo, Vaclav Klaus. Las medidas de seguridad fueron extremadas, con un operativo de 5.000 policías y 380 custodios que protegían la sede desde el martes pasado.
Este nuevo tratado que obliga a ambos países a conservar un máximo de 1.550 cabezas nucleares, todavía tiene que ser aprobado por el Congreso estadounidense y el Parlamento ruso.
Entre ambas naciones poseen el 90% del armamento nuclear mundial.
Después de la ceremonia de firma y de un almuerzo, Medvedev regresó a Rusia. Obama se quedó en Praga para ir en la noche a la residencia del embajador de Estados Unidos a una cena en honor de los dirigentes de 11 países ex comunistas que ingresaron a la OTAN.