Tanto para el gobierno, las organizaciones sociales y los individuos lo prioritario ha pasado a ser el restablecimiento del contacto luego de la catástrofe.
A nivel gubernamental, con la Presidenta en terreno visitando directamente las zonas afectadas, lo más urgente es restablecer la conectividad: poner en funcionamiento nuevamente la torre de control del aeropuerto y habilitar instalaciones que permitan la llegada y partida de los pasajeros, ya que el despegue de los aviones no tiene impedimentos porque las pistas están intactas; volver a abrir los puertos de Valparaíso y San Antonio habiendo evaluado que es difícil que se produzca otro maremoto, puesto que las ondas generadas por el movimiento telúrico avanzan hacia Haway (que ha ya implementado medidas para eludir una posible catástrofe) y no ya hacia las costas de América; establecer bypass en los puntos de las principales carreteras que han sufrido daños para que se pueda circular por tierra hacia el sur y de este a oeste; antes de entrar en reparaciones, diseñar rápidamente desvíos para la circulación urbana en las principales ciudades, donde se ha ya restablecido el servicio de buses y de las redes de Metro.
Por su parte las distintas organizaciones políticas y sociales también buscan el modo de establecer diagnósticos y poder tener acceso a la zona más afectada, a fin de llevar la ayuda necesaria.
Tomamos contacto con Marilén Cabrera, del Partido Humanista, que organiza un equipo para viajar hoy a Concepción y restablecer el contacto con todos los militantes de la VI, VII y VIII Región, con quienes no ha sido posible la comunicación telefónica ni el intercambio por internet. Nos señala que *»el contacto directo con ellos nos permitirá saber de su situación y cuál es la ayuda que les hace falta»*.
A nivel individual, los familiares y amigos preocupados por los sobre 300 muertos anunciados oficialmente por la Directora de la Oficina Nacional de Emergencias y por la cantidad de heridos y damnificados que dejó el terremoto, buscan saber noticias directas sin conseguir comunicarse. Las zonas afectadas por el maremoto y las más cercanas al epicentro del movimiento de tierra siguen sin posibilidades de dar señar ya que todos los servicios están colapsados (teléfonos, agua, gas, luz).
Una vez que se logre saber de las condiciones en que se encuentran los habitantes de esos lugares, se está presto a desplazar la ayuda necesaria. Son muchos los voluntarios que concurrirían gustosos si supieran dónde y cómo hace falta dar una mano y es muy notable el espíritu solidario que se moviliza en estas circunstancias.
También han sido muchos quienes desde fuera del país han ofrecido el apoyo necesario. Finalmente, se ha recibido oficialmente el apoyo de muchos gobiernos dispuestos a colaborar para que el país pueda sortear lo más velozmente posible las dificultades que esta calamidad conlleva.