La Suprema Corte de Myanmar tiene vista para sentencia la última apelación contra el arresto domiciliario de Aung San Suu Kyi, la dirigente de la facción demócrata y laureada con el Premio Nobel de la Paz que ganó las elecciones generales de 1990 en Myanmar y que ha estado bajo arresto domiciliario durante 14 de los últimos 20 años.
Según la BBC, los abogados de Suu Kyi están apoyando su apelación en un tecnicismo legal, dado que el caso original se llevó a cabo conforme a la ley de una constitución antigua.
“Desde un punto de vista puramente legal, deberíamos ganar”, dijo un miembro de su equipo legal.
Como están las cosas, sin embargo, es poco probable que un tecnicismo legal baste para lograr la liberación de Suu Kyi, cuya apelación anterior a una corte de menor instancia fue denegada.
El 3 de mayo de 009 un ciudadano estadounidense, John Yettaw, después de atravesar a nado el lago contiguo a la casa-prisión, se introdujo en ella y permaneció ahí tres días. Al descubrir este hecho, las autoridades procesaron a Suu Kyi, a quien finalmente sentenciaron a prisión con trabajos forzados, lo cual con toda seguridad la hubiera aniquilado si la junta militar no hubiera conmutado la pena a 18 meses de arresto domiciliario, que es el que está apelando su equipo legal.
En 2010, el gobierno militar está obligado a organizar una elección general multipartidista, de acuerdo a la nueva constitución de 2008. Suu Kyi, por su parte, no puede postularse debido al absurdo artículo 59F que prohíbe asumir cargos públicos a las personas que están o han estado casadas con extranjeros.
*(Traducción: Patricia Straulino Peacock)*