Este es el lema, asignado a la celebración en el día de hoy, 10 de diciembre de 2009, del 61 aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, firmada en 1948 por más de 160 estados.
Este lema se ha inspirado en el artículo segundo de la Declaración de los Derechos Humanos que dice: “toda persona tiene todos los derechos y libertades proclamados en esta Declaración, sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición.”
A pesar de ser el primer acuerdo mundial sobre derechos humanos, poco se ha avanzado en el cumplimiento de los mismos, debido fundamentalmente al juego hipócrita e interesado de la mayoría de los gobiernos del mundo, tanto del primer mundo, del segundo o del tercero: existen más de 20 puntos en la tierra en los que hay guerras y conflictos armados. Hay una seria amenaza de conflicto nuclear. Existen presos de conciencia, torturas institucionales, penas de muerte, asesinatos políticos… Y además de estas situaciones, que en muchos casos nos parecen lejanas para nuestras sociedades occidentales, de repente aparecen flagrantes pisoteos de los derechos humanos, como sucede actualmente con el caso de la líder saharaui de la No Violencia Aminatu Haidar o el trato inhumano que se dispensa en los centros de internamiento de inmigrantes en España, por poner algún ejemplo.
Las guerras, las invasiones de territorios o el terrorismo son quizás los ejemplos más claros donde se vulneran cruelmente los derechos humanos. Pero ¿qué decir de la Violencia generalizada que afecta a todos los órdenes de la vida: la violencia económica, sexual, religiosa, la discriminación en base a la raza, estrato social o procedencia?.
¿Qué se puede esperar sobre cumplimiento de Derechos Humanos si el derecho a veto en la ONU, lo tienen los 5 países con mayor producción y venta de armamento?, ¿qué se puede esperar de estos cumplimientos, cuando la mayoría de la humanidad no ve satisfechas sus más inmediatas necesidades en materia de alimentación, sanidad, educación, vivienda, acceso al agua potable, democracia…?
Sobre los Derechos Humanos, Silo fundador del Nuevo Humanismo, en su libro “Cartas a mis amigos” (Carta novena) expresa: ”Sólo podemos hablar de aspiraciones que tendrán que convertirse en derechos. Los derechos humanos no pertenecen al pasado, están allí en el futuro succionando la intencionalidad, alimentando una lucha que se reaviva en cada nueva violación al destino del hombre. Por esto, todo reclamo que se haga a favor de ellos tiene sentido porque muestra a los poderes actuales que no son omnipotentes y que no tienen controlado el futuro”. “Estos derechos hoy son considerados como simples aspiraciones y no pueden ser plenamente vigentes dados los poderes establecidos. La lucha por la plena vigencia de los derechos humanos lleva, necesariamente, al cuestionamiento de los poderes actuales orientando la acción hacia la sustitución de éstos por los poderes de una nueva sociedad humana”
“Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos”
- Madrid -