Cada día 5 de Diciembre, se celebra El Día Internacional del Voluntariado. Esta fecha se conmemora a instancias de la Organización de Naciones Unidas que la aprobó en febrero de 1985.
El voluntario es aquella persona que ofrece sus servicios a una comunidad, a una organización o a una causa por decisión propia, libre y lo realiza de manera altruista. Lo lleva a cabo desde el convencimiento de que dicha actividad es útil social y personalmente, otorgando un sentido especial a la propia existencia y haciendo posible en unos casos y creando en otros, los cimientos para unas mejores condiciones de vida. Generalmente la acción voluntaria surge desde el rechazo, que se produce en la conciencia del voluntario, del sufrimiento o lo que pueda generar sufrimiento y/o dolor en el futuro.
Desde el actual modelo de sociedad del consumo donde todo tiene precio, para muchas personas la actitud del voluntario es motivo de sospecha: ¿Por qué desarrollar actividades sin remunerar?, ¿para qué?. No se comprende porqué algunas personas se mueven de modo “tan extraño”, sin esperar nada económico a cambio.
En esta fecha señalada, hay que reivindicar públicamente la labor del voluntario, labor que por un lado constituye un hecho social reconocido, pero que por otro anda desprestigiándose cada vez más. Y es que en los últimos tiempos, se ha creado confusión entre la figura del voluntario y la del cooperante. Podríamos resumirlo así: todos los voluntarios pueden ser cooperantes, pero todos los cooperantes no son voluntarios. Un buen porcentaje de cooperantes que desarrollan labores humanitarias muy diversas, desarrollan sus actividades en entornos socioculturales complicados, pero lo realizan como trabajo remunerado, y eso no es ser voluntario.
Lo que si es evidente, es que se trata de una forma de vida elegida, no impuesta. La casi totalidad de personas que ejercen en la sociedad la acción voluntaria coinciden en afirmar que este estilo, esta forma de vida les proporciona un bienestar interior, un crecimiento personal y una madurez que apenas pueden conseguirse con acciones normales de la vida cotidiana. También afirman los voluntarios que esta conducta ayuda a ampliar la observación de la realidad, desde muy diversos modos y puntos de vista. Por estas causas, el voluntariado se vincula directamente a valores y actitudes de vida humanistas, como la Justicia Social, la Solidaridad, el Respeto a la Diversidad (de creencias, ideas, costumbres, motivaciones, sexualidad, estilos de vida…), la Humildad, la Tolerancia, la Empatía, la No Violencia, la Compasión o la Utopía, por enumerar solo algunos valores y conductas.
Sin duda que dentro de casi todos los seres humanos hay un voluntario, hay un espíritu que impulsa a la realización de buenas obras y positivas causas. Hoy ese espíritu está aún adormecido, solo queda poner intención en despertarlo. Por ello es importante celebrar este Día Internacional del Voluntario como manera de reconocimiento social e institucional a la labor callada, humilde y sentida que realizan diariamente muchos seres humanos, a los que lo único que les mueve es la más noble tarea del mundo actual: humanizar el mundo.