Esa iniciativa constituye un acto simbólico sin precedentes que tiene el objetivo de exigir el desarme nuclear a nivel global, la retirada de las tropas invasoras de los territorios ocupados y la reducción progresiva y proporcional del armamento convencional.
También aboga por la firma de tratados de no agresión entre países y la renuncia de los gobierno a utilizar las guerras como medio para resolver conflictos, además de rechazar toda forma de violencia (económica, religiosa, racial, psicológica, entre otras).
La marcha será recibida por organizaciones políticas, cívicas y sociales en la ciudad de El Alto.
Posteriormente continuará hasta la plaza San Francisco donde se realizará un acto con la presencia de autoridades nacionales, departamentales y artistas que ofrecerán un concierto de varias horas, según los organizadores del recibimiento.
El evento en la ciudad sede del gobierno boliviano fue preparado por las asociaciones Mundo sin Guerras y el Movimiento Humanista que pidieron a los ciudadanos asistir al acto portando una vela para una jornada de reflexión.
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