Durante el viaje, Pressenza ha tenido muchas oportunidades para saber algo de esta fascinante personalidad y para averiguar cómo un boxeador ha terminado en un autobús lleno de fanáticos de la paz.
Mensur, de 42 años, está divorciado y es padre de 2 hijas; también se ocupa de sus 2 sobrinos, hijos de un hermano suyo fallecido el año pasado. Vive entre Sarajevo y Brcko, en Bosnia, y Viena, en Austria, donde reside la familia de su hermano.
Peljto ganó el título Mundial de Pesos Pesados de la FIB en 2000, en la ciudad de Tuzla, a 70 kilómetros de su ciudad natal. Pueden verse algunas secuencias del último asalto en Youtube. Mensur Peljto dice que no durmió durante 3 días después de la victoria, en parte por culpa del dolor de cabeza, y en parte por la subida de adrenalina.
Tuvo que renunciar al título seis meses después debido a un desacuerdo con el gobierno bosnio sobre quién tenía que asumir los costes de enviar a su equipo a Kansas para defender el título en Estados Unidos.
Nos damos cuenta de que no estamos con un miembro más del público en cuanto ponemos el pie en la antigua Yugoslavia en nuestra primera parada en Macedonia; al parecer, todo el mundo lo conoce. La gente de Pristina viene a saludarlo en la calle y rápidamente corre la voz de que está en la ciudad. De repente, cuando estamos a punto de partir, llega un viejo amigo suyo y ex boxeador olímpico yugoslavo, Aziz Salehou, que ha oído que su viejo amigo está en la ciudad. Pronto parece como si hubieran llegado los paparazzi, tanta es la gente que les hace fotos. En los Balcanes uno tiene la sensación de que las diferencias entre las personas son totalmente artificiales y han sido utilizadas por los intereses egoístas de los que avivan el fuego del nacionalismo. Mensur es conocido y amado por todos los que encontramos en nuestro camino, con independencia de su identidad nacional. Las amistades que tiene traspasan las fronteras y comunidades recién creadas en la antigua Yugoslavia.
Su condición de héroe nacional no deja lugar a dudas cuando entramos en Bosnia. La guardia fronteriza echa una mirada a los que van en el autobús con nosotros y por primera vez en este viaje a ninguno de nosotros le es requerido mostrar el pasaporte. La presencia de Mensur en el autobús es suficiente para garantizar que somos bienvenidos al país.
Mensur no es el típico boxeador, un poco estúpido y que sufre las consecuencias de los años de castigo en el ring. Habla el bosnio con fluidez (y por ello se le entiende en todas las lenguas de los Balcanes, salvo en Albania), así como el francés, el alemán, el inglés y el ruso y también consigue hacerse entender en turco. Durante el viaje aprovecha para revisar sus apuntes y estudia para su máster, ya que tiene el examen final el próximo diciembre.
A lo largo de nuestra entrevista, le pregunto sobre su victoria y lo que significó para Bosnia. *»Fue genial para los bosnios, que necesitaban algo que los distrajera de sus dificultades. Eso fue de 5 años después de la guerra y fue muy bueno para que las personas fueran capaces de trascender sus identidades y celebraran una victoria de Bosnia”.*
Peljto no siempre fue boxeador. Comenzó su carrera como kick boxer y fue el Campeón de Yugoslavia antes de que el país se viera inmerso en la guerra. *»Dejé el kickboxing porque tenía más fuerza en el tronco y una cabeza muy dura»*. Después de una pausa, dice, *»- ¡No pongas eso último!»*
*»- ¡Demasiado tarde amigo, ya está en la entrevista!»*
*»Fui el primer deportista que representó a Bosnia-Herzegovina en el extranjero, cuando fui a Budapest para participar en el Campeonato del Mundo de kickboxing, en el que perdí en los cuartos de final contra un tipo Inglés».*
¿Cómo llegaste al boxeo?
*»Probé el baloncesto y el fútbol, pero siempre era mejor en los deportes individuales».*
¿Por qué no nadar o correr?
«En esos deportes, no estoy solo, lucho contra muchas personas. En boxeo, es uno contra uno».*
A medida que atravesamos la campiña bosnia en ruta hacia Zagreb, pasamos ante un paisaje con muchas propiedades derruidas por culpa de la guerra, un recuerdo constante de un pasado no resuelto y de mucha violencia. Los activistas que conocemos en Sarajevo dicen que se sienten como si no hubiera paz, como si sólo fuera un intermedio entre guerras. Me intriga que un boxeador sienta interés por la paz y la no violencia.
¿Cómo llegaste a comprometerte con la Marcha Mundial?
*»Me enteré de la Marcha hace 3 meses. Dos italianos vinieron a mi encuentro en el Instituto de Deportes en Sarajevo e inmediatamente decidí que esto era muy bueno y que yo podía ayudar. Proporcioné las sedes, la conferencia de prensa, los músicos, los contactos con el presidente, el primer ministro del cantón y el alcalde. Estoy contento de haber podido contribuir».*
Pero Mensur, ¡eres un boxeador!
*»Dentro de mí hay 2 temperamentos, fui boxeador en el exterior, pero por dentro siempre fui sensible. A mí no me gustaba ganar por noqueo, yo siempre prefería ganar por puntos, para demostrar a mi oponente que tenía una técnica mejor y más rapidez. En mi interior siempre ha habido otra parte, un hombre melancólico, y ahora cuando estoy aquí con estas personas veo que comparto mucho con la gente de la Marcha Mundial. Mis sentimientos están con ellos. Tengo que decir que me veo similar a ellos».*
¿Qué le parece su experiencia en la Marcha Mundial?
*»Muy buena y nueva. Yo siempre digo que en mi vida nunca he luchado en la calle. El diálogo es el mejor camino para el futuro. Yo creo que en esto. Ésta es quizá la mejor experiencia de mi vida. Y creo que esto va a cambiar mis sentimientos respecto a la guerra y la paz. El pueblo de Bosnia y yo sabemos mejor que nadie lo que es la guerra. Nadie debería tener que enfrentarse a las armas».*
¿La vida es mejor ahora que en los tiempos de Yugoslavia?
*»Algunas personas tienen nostalgia del pasado y en 2000, 2001 también fue una época diferente. Ahora sentimos la violencia en la economía y la discriminación. Todo el mundo está preocupado por el dinero lo que no hay tiempo para el deporte y para los niños. El deporte en la escuela es mi pasión».*
¿Vas a venir a Argentina para el final de la Marcha?
*»Tengo que hablar con mi jefe, pero me haría muy feliz estar en Argentina»*.
No te preocupes Mensur, los organizadores del autobús de los Balcanes ya han hablado con tu jefe. ¡Nos vemos en Argentina!
Traducción: Carmen Soler