La jornada, organizada por El Mensaje de Silo, Mundo Sin Guerras y el Movimiento Humanista, se enmarcó en la Semana de la No Violencia, que se llevó a cabo en la ciudad de Moreno, provincia de Buenos Aires, Argentina. Durante la misma se fueron desarrollando distintas actividades con el objetivo de crear conciencia sobre la necesidad de no violencia.
El encuentro comenzó a las 18 hs con un recorrido por el Parque de Estudio y Reflexión. Los representantes de las distintas expresiones de la religiosidad caminaron por el mismo pudiendo contemplar la fuente, que representa alegóricamente la energía por la fusión de los principios femenino y masculino, el monolito, construido completamente en acero inoxidable, el cual fija la coordenada del tiempo en que se fundó el lugar y permite la alineación del espacio, el Muro de Reconocimiento, en donde están grabados los nombres de las personas que contribuyeron a la construcción del Parque, y por último la sala, una construcción semi esférica cuyo interior simboliza el acceso a la experiencia interna profunda a través de un espacio vacío de íconos, símbolos o imágenes.
Luego del recorrido y ya ubicados en la sala, cada representante dispuso de 5 minutos para su exposición.
El pastor Juan Carlo Borres, de la Iglesia Evangélica “La Unción del Espíritu”, destacó la importancia de que diversas creencias y culturas estén unidas con el fin de promover la construcción de la paz en la sociedad.
Rajatakrisna Ramon Sosa, de Shrii Anandamurti, expresó su compromiso activo con la no-violencia y contó que esa misma mañana, en el Festival de la India, le entregó al embajador de la India una carpeta con información del proyecto Marcha Mundial por la Paz y la No-Violencia, que actualmente recorre el mundo exigiendo el desarme nuclear y el fin de las guerras. Sosa reconoció la necesidad de unir voluntades para lograr una sociedad más justa y que en las escuelas se enseñe la no violencia, incluyéndola como una materia más.
Por su parte Alberto Palavicino, de la Iglesia Carismática Ontológica Argentina, dijo: “Si la violencia sigue creciendo, las consecuencias serán desastrosas. Todos somos responsables de lo que está ocurriendo y debemos tomar una decisión en nuestro interior: o seguimos apoyando a nuestros gobiernos en la carrera armamentista o unimos nuestras voces junto a millones de seres humanos para encender en nuestra conciencia la luz de la no violencia”.
Flora Noemí Machicado, del Consejo Solidario Internacional de Residentes Bolivianos, manifestó que la lucha del pueblo boliviano sigue siendo por la liberación y agregó: “la migración es un derecho, no un delito, y como seres humanos tenemos derecho a vivir donde creamos que vamos a estar bien”.
A su vez, el Padre Miguel Ángel Ramírez Lepe, representante de la Pastoral Migratoria, Diócesis de Merlo, dijo: “Para acceder a la no violencia hay que trabajar en comunión y a través del dialogo”, y continuo, “el inmigrante no es una amenaza, es una bendición, porque contribuye a la diversidad y ésta es una riqueza”.
También estuvieron presentes: Susana Giménez, de S.G.I. Budismo de Nichiren Daiyonin, Gopi Charana Raj Devi Dasi, directora del Gopal Ashram, el cacique Braulio Escobar, de la Comunidad Tupi – Guarani “Guarajhi- Vera”, Oba Santiago Allegue de Ogum, Organización Social-Cultural Africanista Umbandista, el Pai Carlos de Ogum, de Santería Cubana y Cristina Ioannidis, de la Asociación Cultural Helénica AETOS, entre otros.
La jornada finalizó en el Centro de Trabajos del parque con un intercambio general y proyecciones audiovisuales de actividades que se están realizando en distintos países, enmarcadas en la Marcha Mundial por la Paz y la No Violencia.