El esfuerzo conjunto de estas dos naciones confiere al compromiso una fuerza y relevancia especiales. También ofrece una lección a aprender: extender la mano hacia el futuro es más creativo que regodearse en el pasado.
El desarme nuclear fue uno de los asuntos prioritarios en la agenda durante la visita de Estado de Obama. Una “declaración conjunta a favor de un mundo sin armas nucleares” plasmó los puntos de vista y las esperanzas de ambos gobiernos. Los dos países dieron también la bienvenida al interés internacional actual en el desarme nuclear, y se reafirmaron en su “determinación de lograr dicho mundo”.

Para Obama, la declaración conjunta confirmó su creencia de que el desarme nuclear puede servir como cimiento para la paz y la seguridad global. Su enfoque del desarme nuclear obtuvo la aprobación del Comité del Nobel, cuya declaración oficial anunciando que se le otorgaba el Premio de la Paz decía que el Comité “concedía especial importancia a la visión y la labor de Obama en favor de un mundo sin armas nucleares”.
Para Japón, el énfasis en el desarme nuclear supuso un recordatorio de su experiencia única, y reafirmó su insistencia de que nunca jamás se debería infligir semejante tragedia humana en ningún otro país.

Dentro de este contexto, el primer ministro Yukio Hatoyama y el presidente Obama consideraron positivo el apoyo recibido en la ONU por las recientes iniciativas de desarme nuclear en las que Japón y EE.UU. desempeñaron un papel destacado. Ambos prometieron tomar medidas prácticas que creasen condiciones en las que el desafío del desarme nuclear pueda satisfacerse. Algunas de las medidas descritas en la declaración conjunta se resumen a continuación.

**Pasos a seguir**

**Desarme nuclear:** EE.UU. seguirá buscando la pronta terminación de un tratado de continuación sobre la Reducción de Armas Estratégicas (START por sus siglas en inglés) mediante negociaciones con la Federación Rusa. EE.UU y Japón urgen a todos los estados que poseen armas nucleares a reducir el papel de las mismas en su estrategia de seguridad nacional. También hicieron un llamamiento a los estados que poseen armas nucleares para que respeten los principios de transparencia, verificabilidad e irreversibilidad en el proceso de desarme nuclear.

**No proliferación nuclear:** Ambos países reafirmaron la importancia del Tratado de No Proliferación Nuclear (NPT por sus siglas en inglés). Los dos países cooperarán en asuntos relacionados con la Conferencia de Revisión 2010 del NPT para reforzar el tratado, así como su papel central en la renovación de los esfuerzos internacionales de no proliferación. Se espera revisar la conferencia para recomendar objetivos realistas y alcanzables que fortalezcan cada uno de los tres pilares del NPT: la no proliferación nuclear, el uso pacífico de la energía nuclear y el desarme nuclear.

**Tratado de prohibición de ensayos:** Japón recibió con entusiasmo la intención de la administración de Obama de presionar para la ratificación del Tratado de Prohibición Completa de Ensayos Nucleares (CTBT por sus siglas en inglés). Japón y EE.UU. trabajarán juntos para conseguir la pronta entrada en vigor del CTBT. También se mostraron dispuestos a buscar el comienzo inmediato de las negociaciones (así como la pronta conclusión) de un Tratado sobre la Producción de Material Fisil.

**Corea del Norte:** Según la opinión de ambos países, la búsqueda de armamento nuclear de Corea del Norte constituye una importante amenaza para la paz y la estabilidad en el Nordeste de Asia y la totalidad de la comunidad internacional. Japón y EE.UU. siguen comprometidos con la desnuclearización irreversible y verificable de la península de Corea. Ambos enfatizan que las Conversaciones a Seis Partes siguen constituyendo el marco más eficaz para lograr dichos objetivos, y urgen a Corea del Norte a que regrese a dichas Conversaciones sin precondiciones.

**Irán:** Las actividades nucleares de Irán, y en concreto el reciente descubrimiento de la construcción iraní de una nueva instalación cerca de Qom, han aumentado la preocupación de la comunidad internacional sobre la naturaleza de su programa nuclear. Japón y EE.UU. continuarán buscando una resolución completa y a largo plazo de estos problemas, basándose en las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU.

**Seguridad nuclear:** Los dos países cooperarán en esfuerzos destinados a garantizar el éxito de la Cumbre sobre Seguridad Nuclear que tendrá lugar en Estados Unidos, y promoverán también esfuerzos regionales para fortalecer la seguridad nuclear. Japón será la sede de la conferencia sobre seguridad nuclear para países de Asia, a celebrar en Tokio en enero de 2010. EE.UU. saluda dicha iniciativa, así como la decisión de Japón de albergar el próximo encuentro preparatorio en diciembre para la Cumbre sobre Seguridad Nuclear.

**Terrorismo nuclear:** Al reconocer la amenaza continua de terrorismo nuclear, los dos gobiernos se comprometen a garantizar que los materiales e instalaciones nucleares civiles reciben el más alto grado de protección física. También prometen su apoyo a los esfuerzos destinados a la seguridad de todo el material nuclear vulnerable en el mundo en el plazo de cuatro años.

**IAEA:** Los dos países expresan su apoyo a la labor de la Agencia Internacional de la Energía Atómica (IAEA por sus siglas en inglés) y dan la bienvenida a la elección del nuevo director general, el embajador Yukiya Amano, que en breve comenzará en su cargo. Ambos continuarán respaldando todas la medidas que proporcionen a la agencia los recursos, la autoridad y la capacidad de verificación necesarios para llevar a cabo su mandato fundamental.

**Usos pacíficos de la energía nuclear:** Japón y EE.UU. se proponen trabajar juntos y con otros países para explorar maneras de mejorar un nuevo marco de cooperación nuclear civil, incluida la garantía del suministro de combustible, de forma que los países puedan tener acceso a la energía nuclear pacífica sin que aumenten los riesgos de proliferación.

**Liderazgo**

Hace unos años, un ministro de Asuntos Exteriores asiático dijo que si la comunidad internacional fuera sincera con ella misma, levantaría un monumento a la bomba atómica frente a la sede de la ONU en Nueva York. El monumento sería un recordatorio del hecho, argumentó, de que la existencia de la energía nuclear en el mundo y su capacidad de sembrar la destrucción global, es la mejor garantía de paz internacional.
Este tipo de sentimientos genera titulares, claro está. En un mundo propenso a la violencia, sin embargo, donde se libran guerras por cualquier pretexto y se invaden países sin el más remoto asomo de justificación racional, depender del potencial de la destrucción nuclear como garantía de paz es, cuando menos, una lotería.

La inevitabilidad de la energía nuclear se ha dado por hecho durante años aunque, gradualmente, la causa del desarme nuclear ha ido recibiendo cada vez más apoyo. La agitación de la sociedad civil ha contribuido a dicha tendencia, al igual que la propugnación dentro de las instituciones internacionales.
El renovado compromiso de EE.UU y Japón con este objetivo es otro paso más hacia delante.
Su liderazgo conjunto podría ser una contribución duradera a la paz y la seguridad en los años venideros. Obama y Hatoyama merecen un elogio por este nuevo comienzo.

Traducción: Elena Sepúlveda