Una treintena de personas ha recorrido a pie 600 kilómetros, atravesando Catalunya, Aragón y Castilla, para explicar a la gente sus reivindicaciones. “Somos inmigrantes hombres y mujeres, de todos los colores, nacionalidades y credos que caminamos por el cierre de los Centros de Internamiento, por la regularización y renovación de tarjeta sin necesidad de contrato de trabajo, por la reagrupación familiar sin recortes y el permiso de trabajo para los reagrupados, por la no penalización de la solidaridad y por todos los derechos para los inmigrantes incluido el derecho al sufragio”, explicaban.
Uno de los coordinadores de la campaña y participante en la marcha, Hugo Colacho, ha declarado a Pressenza, que “el endurecimiento de las leyes de extranjería en Europa muestra la hipocresía de unos gobernantes que permiten la libre circulación del capital, de las empresas y de todo, pero no la libre circulación de la gente. No se puede construir una sociedad democrática en paz y libertad si se sancionan derechos a una parte de esa sociedad”
“El proyecto de reforma”, explicó el activista, “contempla a las personas emigradas únicamente como medios de producción, no como seres humanos con plenos derechos, y criminaliza a los inmigrantes y a aquellos que les ayudan. Esta Marcha es una marcha de la diversidad, somos inmigrantes de distintas culturas y credos, que hemos convivido como una familia y hemos mostrado la fuerza que tiene el movimiento asociativo y hemos aprendido mucho como seres humanos”
En la manifestación de Madrid, han sido acompañados por centenares de personas y numerosas organizaciones, entre las que se encontraban Convergencia de las Culturas, el Partido Humanista y la Comunidad para el Desarrollo Humano, quienes desarrollan desde hace años acciones por la igualdad de derechos y oportunidades para todos los seres humanos y que en estos momentos están impulsando la Marcha Mundial por la paz y la No violencia, que estará en Barcelona el próximo 13 de noviembre, en Madrid el 14 y llegará a Málaga 15 de noviembre.