Un grupo de parlamentarios estonianos pertenecientes a los partidos verde y liberal, encabezado por Toomas Trapido, ha recibido a varios miembros del equipo base de la Marcha mundial en Tallin. Rafael de la Rubia, portavoz de la Marcha, ha remitido al Parlamento el Manifiesto de la Marcha, el Protocolo de Hiroshima y Nagasaki y la «Carta para un Mundo sin Violencia» propuesta por los Premios Nobel de la Paz. Los presentes compartieron el relato de uno de los eventos motivo de mayor orgullo para los estonianos, «La revolución cantante» o «Singing Revolution» que tuvo lugar entre los años 1980 y 1991 y llevó a la independencia a tres Estados Bálticos. Fué una revolución no violenta en la cual cientos de miles de personas se reunieron y lucharon para deshacerse del yugo soviético. Fué así como los Estonianos hicieron que su país fuera reconocido como tal, sin la pérdida de una sola vida.
Rafael de la Rubia, portavoz de la Marcha Mundial, ha remitido al Parlamento, los tres documentos de la Marcha, el Manifiesto de la Marcha, el Protocolo de Hiroshima y Nagasaki y la «Carta para un Mundo sin Violencia» propuesta por los Premios Nobel de la Paz.
El Parlamentario costarricense Alexander Mora, miembro del Equipo base, compartió con los asistentes las numerosas ventajas que una nación puede obtener a partir de la experiencia de abandonar una infraestructura militar. Después de haber sufrido una guerra civil que supuso cerca de mil muertos, el ejército de Costa Rica fué abolido en el año 1949. Así fué como el país se convirtió en uno de los primeros estados que renunció a las Fuerzas Armadas, todo un ejemplo a seguir, que constituye uno de los principales objetivos propuestos por la Marcha Mundial a los distintos gobiernos del mundo.
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