El nuevo gobierno de coalición conservador-liberal quiere que Estados Unidos retire todas las armas nucleares que siguen desplegadas en Alemania, veinte años después de la caída del Muro de Berlín, del fin de la guerra fría y la reunificación.
La canciller Angela Merkel y el Ministro de Asuntos Exteriores Guido Westerwelle (recién designado) confirmaron este objetivo al anunciar el 25 de octubre y el día anterior que tratarían esta cuestión con el gobierno de Estados Unidos. Según los observadores, esto podría suceder con motivo del viaje de Merkel a Washington para pronunciar un discurso en el Congreso de Estados Unidos el 3 de noviembre.
Después de Konrad Adenauer, que se dirigió a ambas cámaras en mayo de 1957, ella será la segunda canciller alemana que así lo haga.
El acuerdo de coalición por el que se guiarán las acciones del gobierno durante los próximos cuatro años establece que en el marco de la Conferencia de Revisión del Tratado de No Proliferación en mayo próximo y «del proceso de preparación de un nuevo concepto estratégico de la OTAN, trabajaremos conjuntamente con los aliados americanos para la retirada de las armas nucleares todavía existentes en Alemania”.
El acuerdo de coalición fue firmado el 26 de octubre por los jefes de la Unión Demócrata Cristiana (CDU), su hermana bávara la Unión Social Cristiana (CSU) y el Partido Democrático Libre (FDP): Merkel, Horst Seehofer y Westerwelle.
Westerwelle no dejó ninguna duda respecto a su determinación de retirar las armas nucleares de Alemania cuando pronunció un discurso en un mitin de su partido el 25 de octubre. Dijo que el nuevo gobierno alemán apoyaría la visión de un mundo libre de armas nucleares del presidente de Estados Unidos Barack Obama.
Al mismo tiempo, añadió: «Vamos a tomar la palabra al presidente Obama e iniciaremos conversaciones con nuestros aliados para que las últimas armas nucleares que siguen emplazadas en Alemania, reliquias de la Guerra Fría, sean finalmente retiradas. Alemania debe quedar libre de armas nucleares».
La canciller Merkel, que continúa en el cargo tras las elecciones generales de septiembre, comparte la opinión de Westerwelle, si bien destaca que no se realizará ninguna acción unilateral para retirar las cabezas nucleares. «No queremos ninguna acción independiente aquí», dijo Merkel a los periodistas el 24 de octubre en Berlín.
Durante la guerra fría que siguió a la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), Estados Unidos emplazó un gran número de armas nucleares en varios países europeos. Se estima que en Alemania tal arsenal se eleva todavía a 20 según la sección alemana de la Organización Internacional de Médicos para la Prevención de la Guerra Nuclear (IPPNW), galardonada con el Premio Nobel de la Paz en 1985.
«No se dispone de ninguna información ni oficial ni públicamente accesible respecto al lugar donde están almacenadas las armas. Sin embargo, se cree que algunos de los misiles están emplazados en la base aérea de Buechel en el estado alemán occidental de Renania-Palatinado», informa la agencia.
La IPPNW Alemania, que comprende unos 50 grupos por la paz, acogió con satisfacción la intención del nuevo gobierno. «Esto (el acuerdo de coalición) significa que la campaña nacional «nuestro futuro – libre de armas nucleares» ha alcanzado un hito importante», dijo Xanthe Hall, la experta en desarme nuclear de la organización, y añadió: «Nos habíamos fijado el objetivo de persuadir al gobierno, en el plazo de tres años, para que abogara por la retirada de las armas nucleares restantes».
Señaló que «lo que algunas personas en los medios de comunicación llaman una» cuestión marginal» es de hecho una contribución muy importante a un mundo libre de armas nucleares». La IPPNW considera que una medida como ésta puede ayudar en las negociaciones con Irán o Corea del Norte. «Sólo si nos desarmamos podremos demostrar a los demás que las armas nucleares no son necesarias para nuestra seguridad y convencer a otros países para que renuncien a ellas», dijo Hall.
Los activistas de la IPPNW han estado presionando a los parlamentarios desde 2007 para que adoptaran una posición en materia de desarme. La campaña para obtener su apoyo se intensificó en vísperas de las elecciones de septiembre. El liberal FDP, Buendnis 90/Die Gruenen (el Partido Verde) y Die Linke (el Partido de Izquierda) han tomado fuertes posiciones en los últimos años sobre la cuestión de la retirada de las armas nucleares «situadas en la región de Eifel” y en repetidas ocasiones han presentado mociones en el Parlamento.
Sin embargo, la gran coalición saliente CDU/CSU-SPD siempre las rechazaba. A pesar de que el SPD se había comprometido en su programa político a trabajar por la retirada de las armas nucleares de Alemania, no podía votar a favor a causa del acuerdo de coalición que mantenía con la conservadora CDU-CSU.
«Estaba claro desde el principio que un futuro acuerdo de coalición sería nuestro mayor obstáculo», continuó Hall. «Por eso se presionó a los candidatos ya durante la elección para comprometerlos a decir que defenderían la retirada de las armas nucleares durante las negociaciones de coalición».
Tras la elección, el consejo de campaña de la IPPNW envió cartas a todos los negociadores. Diez “Alcaldes por la Paz” conservadores escribieron a la canciller Merkel y le pidieron que diera “prioridad máxima” a la cuestión del desarme y acabara con la participación nuclear. La rama alemana de Alcaldes por la Paz apoya la campaña «nuestro futuro – libre de armas nucleares».
La ONG Alcaldes por la Paz está compuesta por ciudades de todo el mundo que han expresado formalmente su apoyo al programa anunciado por Takeshi Araki, el alcalde de Hiroshima, en 1982. Las ciudades de Hiroshima y Nagasaki fueron atacadas por las bombas atómicas de Estados Unidos en agosto de 1945; las dos ciudades quedaron reducidas a escombros en cuestión de minutos y murieron cientos de miles de personas.
El 24 de junio de 1982, en la 2ª Sesión Especial de la ONU sobre Desarme, Araki propuso un «Programa para Promover la solidaridad de las ciudades hacia la abolición total de las armas nucleares». Esta propuesta ofrecía a las ciudades una forma de trascender las fronteras nacionales y trabajar juntos para presionar a favor de la abolición de todas las armas nucleares.
Posteriormente, los alcaldes de Hiroshima y Nagasaki apelaron a los alcaldes de todo el mundo a apoyar este programa. En la actualidad, esta organización recibe el apoyo de 554 ciudades de 107 países y regiones. Alcaldes por la Paz está reconocida por la ONU como una organización no gubernamental oficial.
Alcaldes por la Paz tiene como objetivo fomentar la solidaridad y facilitar la coordinación entre las ciudades de todo el mundo. Su objetivo principal es concienciar sobre la abolición de armas nucleares. También se ha comprometido formalmente en la búsqueda de una paz mundial duradera afrontando el hambre, la pobreza, el bienestar de los refugiados, los abusos de los derechos humanos y la destrucción del medio ambiente.
*Por Ramesh Jaura – VEN-InDepthNews Service*
Traducción: Carmen Soler Rodríguez