Unos 150 niños migrantes no acompañados, detenidos en un centro de detención en la isla de Lesbos, estuvieron en huelga de hambre por cuatro días para protestar sobre sus condiciones de vida, señaló Human Rights Watch.
La protesta, según informes locales, sucedió después de las recientes redadas policiales en la persecución de inmigrantes ilegales que viven en las ciudades griegas. Los niños terminaron su huelga el viernes 21 de agosto.
Para Human Rights Watch, el uso de la detención para menores no acompañados muestra el fracaso de Grecia para cumplir con sus responsabilidades para con estos niños.
Grecia debería albergar a niños migrantes no acompañados en centros abiertos donde puedan recibir atención, asesoramiento, ayuda legal y otros servicios básicos, y disfrutar de niveles de vida decentes dentro de su situación irregular, señaló Human Rights Watch.
La segunda protesta infantil
Hace un año, 100 niños migrantes detenidos en otra isla griega, Leros, también se pusieron en huelga de hambre por las mismas razones. En ese momento, el Ministerio de Salud envió a su Viceministro para resolver la crisis y abrir temporalmente un alojamiento adicional.
«Que niños de tan sólo 12 años estén de nuevo en huelga de hambre en una prisión griega es una acusación grave de la incapacidad del Gobierno para cuidar de ellos», dijo Simone Troller, investigadora de los derechos del niño para Human Rights Watch.
«Grecia sigue encarcelando a estos niños, pero todavía no tiene un sistema, ni siquiera un plan en marcha para alojarlos, y cubrir sus necesidades básicas».
Fuentes locales dijeron que hasta 150 niños migrantes no acompañados de entre 12 y 17 años de edad comenzaron una huelga de hambre el pasado 18 de agosto de 2009, para exigir su liberación de las condiciones de hacinamiento y suciedad en un centro de detención en Mitilene, capital de la isla.
Volvieron a comer el 21 de agosto. El 20 y 22 de agosto la policía puso en libertad a alrededor de 120 niños para ubicarlos en centros abiertos de alojamiento, ejerciendo una presión adicional sobre estas instalaciones, algunas de los cuales ya han excedido su capacidad.
Varias decenas, posiblemente más de 100 niños no acompañados permanecen en detención. El centro de detención tiene espacio para 300 detenidos, pero alberga a más del doble de este número.
Grecia cuenta actualmente con alrededor de 300 plazas para el cuidado estatal de niños migrantes no acompañados, y estas están llenas. Todo niño que entra a Grecia es, por lo tanto, muy probable que termine detenido o mendigando en las calles.
Human Rights Watch calcula que al menos 1,000 niños y niñas migrantes llegaron a Grecia en 2008 sin un padre o alguien que los cuidara.
Hace un año, el Comité Europeo para la Prevención de la Tortura describió las condiciones en el centro de detención de Mitilene como «abominables», agregando que eran «un peligro para la salud del personal y los detenidos por igual».
El organismo instó al Gobierno a poner en marcha un plan para garantizar las normas básicas de higiene, incluso cuando llegue un gran número de inmigrantes.
Un joven afgano de 13 años de edad que había sido detenido durante 34 días en la isla de Lesbos dijo a Human Rights Watch a finales de julio: «Enfrenté una gran cantidad de dificultades ahí [el centro de detención]… todo estaba muy sucio. … En una semana, solo nos dejaron en el patio durante unos 15 ó 20 minutos. … Nos enfermábamos día con día».
Abandonados, explotados y perseguidos
En su informe de diciembre 2008, «Abandonados para sobrevivir: Incumplimiento sistemático para proteger a menores extranjeros no acompañados en Grecia», Human Rights Watch documentó ampliamente la lucha diaria de estos niños para sobrevivir, sus condiciones miserables de vida, la amplia violencia experimentada a manos de la policía y la guardia costera, la explotación en la agricultura y la construcción, y los riesgos que corren de acabar en manos de bandas de traficantes.
La Convención de 1990 sobre los Derechos del Niño, ratificada por Grecia en 1993, obliga al país a proporcionar protección y asistencia humanitaria a todos los niños sin un padre o cuidador, incluyendo a los que buscan refugio, considerando primordialmente el mejor interés del niño.
En virtud de este convenio, la detención debe utilizarse «sólo como medida de último recurso y durante el período más breve que proceda».
La entrada a Europa, sin padres y sin refugio
Hoy, Grecia otorga asilo a solo el 0.05% de los solicitantes en las audiencias iniciales, y los cambios a la ley griega presentados en julio prohíben apelaciones significativas de las decisiones negativas.
Si los niños solicitan asilo en Grecia, pero luego van a otro país de la UE, corren el riesgo de ser traslados de regreso a Grecia de conformidad con el Reglamento de la UE en Dublín, que establece que el primer país donde los niños no acompañados solicitaron asilo está a cargo de dicha solicitud.
Pero las entrevistas de asilo en Grecia son generalmente breves y superficiales. Hafiz, un joven de 16 años de edad, describió a Human Rights Watch cómo un intérprete iraní, en lugar de un oficial de policía, llevó a cabo su entrevista de asilo:
«Una mujer iraní me hizo preguntas: por qué vine y cuáles han sido mis dificultades. No había agentes de policía presentes… sólo la mujer iraní haciéndome preguntas. La policía estaba ocupada tomando las huellas dactilares. … Había demasiada gente en la estación de policía, así que no podían hacer entrevistas largas. Sólo me hicieron preguntas muy simples. Respondí a todas ellas, aunque no pude explicar bien mi caso. »
Los niños no acompañados que solicitan asilo o a quienes les ha sido denegado se encuentran sin una estancia regular y son sujetos de repetidas detenciones o incluso a la deportación, en clara violación del derecho internacional vinculante.
«Grecia sin duda se enfrenta a serios desafíos en la gestión de la migración debido a su ubicación y a la falta del reparto de carga de la UE,» dijo Troller. «Pero eso no excusa su fracaso para proteger a quienes son más vulnerables».