Ayer se conmemoró en todo el mundo el 64º aniversario del bombardeo nuclear sobre Hiroshima, que en 1945 y en el marco de la segunda guerra mundial, destruyó casi por completo esa ciudad japonesa. Las organizaciones comprometidas en la Marcha Mundial por la Paz y la No-violencia realizaron diversas actividades públicas, entre las que se destacó una representación teatral de hombres disfrazados con máscaras y túnicas negras, que simularon la explosión de la bomba atómica, en Florida y Diagonal Norte, pleno centro de la ciudad de Buenos Aires.
El evento contó con la participación de personalidades del mundo del arte y de la cultura. Entre otras, sobresalió la actriz Carolina Papaleo, quien resaltó: “Adhiero a esta propuesta porque es una iniciativa positiva. Me gustaría que este ejemplo sea el puntapié para que podamos ver más allá del tema de la guerra, ver la violencia en sus distintas formas. Y que cada uno de nosotros podamos tomar conciencia que somos parte de un todo, y que podemos cambiar con pequeños cambios cotidianos, desde nuestra propia familia, nuestra propia persona, manejar nuestra propia violencia, y creo que a partir de ahí vamos a tener un mundo mejor, un mundo en paz sin violencia”.
Por su parte, Guillermo Sullings, vocero del Movimiento Humanista en Argentina, recordó las demandas de la Marcha Mundial: “Hoy se cumplen 64 años del primer genocidio nuclear. Y en todo este tiempo, ¿qué paso? ¿Acaso los que manejan el poder en el mundo se han planteado suprimir para siempre el uso de esas terroríficas armas? Por el contrario, han aumentado los arsenales y se han sofisticado; hoy es posible transportar en un maletín una bomba nuclear 20 veces mayor que la que destruyó Hiroshima. No basta con sacar algunas ojivas, hay que sacarlas todas; no basta con decirle a un país que no las tenga, ningún país las debe tener, empezando por los 5 miembros del consejo de seguridad permanente de las Naciones Unidas, que son los que más armas nucleares tienen”.
“Hoy es el recuerdo de las víctimas, pero es también la esperanza de una Marcha Mundial que ya se pone de pie a partir de hoy. Porque también hay un día luminoso y ese será cuando la gente comience a ponerse de pie y se ponga en marcha para exigir a los gobiernos del mundo el fin de las armas nucleares, para exigir el retiro de las tropas invasoras, para exigir el desmantelamiento progresivo de los armamentos convencionales, para exigir los tratados de no agresión entre países, para exigir los países que ingresen en su constitución la cláusula de no apelar a la violencia para resolver conflictos internacionales”, concluyó Sullings.
Como se sabe, en su recorrido, la Marcha Mundial tratará de concientizar a los pueblos, a las organizaciones y, sobre todo, a los gobiernos, de que es necesario el fin de las guerras, el fin del armamentismo y el fin de la violencia en el mundo. La misma comienza este 2 de octubre en Nueva Zelanda, atravesará más de 100 países de los 5 continentes y llegará a la Argentina el 2 de enero.
Colaboración: Revista Batahola