El Día Internacional de la Paz, que se celebra anualmente el 21 de septiembre, es un llamamiento mundial a la cesación del fuego y a la no violencia. Es un día de reflexión sobre el horror y el costo de la guerra, así como sobre la conveniencia de resolver las controversias de manera pacífica. Este año aprovecharé la celebración de este importante día para pedir a los gobiernos y a los ciudadanos del mundo que centren su atención en las trascendentales cuestiones del desarme y la no proliferación nucleares.
El final de la guerra fría contribuyó a disipar la carga de una catástrofe nuclear que pesaba sobre una generación que había vivido bajo ese espectro desde el final de la segunda guerra mundial. No obstante, persiste la amenaza, como lo ponen de manifiesto sucesos recientes. A menos que actuemos decididamente en pro del desarme y la no proliferación nucleares, seguiremos afrontando amenazas derivadas de las armas nucleares existentes, así como nuevos riesgos de que más Estados, e incluso terroristas, adquieran y desplieguen dichas armas, con las cuales podrían aniquilar a millones de personas.
Este alarmante panorama se ve contrarrestado por el nuevo impulso que han dado los líderes mundiales a la cuestión de las armas nucleares. Los Estados Unidos y la Federación de Rusia han dado señales de un nuevo empeño en reducir sus arsenales nucleares. Además, la Conferencia de Desarme, de la que forman parte todos los Estados que poseen armas nucleares, puso fin recientemente a una situación de parálisis que se había prolongado durante un decenio y convino en abocarse a resolver algunas de las cuestiones clave relacionadas con el desarme y la no proliferación.
Debemos aprovechar ese impulso. Con ese propósito, hoy pongo en marcha la campaña ¡Fin a las armas! En los próximos 100 días, las Naciones Unidas y nuestros asociados en todo el mundo procurarán sensibilizar a la opinión pública acerca de los costos y peligros que realmente entrañan las armas nucleares. Entre hoy y el 21 de septiembre expondremos 100 motivos para el desarme, por Twitter, MySpace, Facebook, correo electrónico, mensajes de texto, radio y de boca en boca. También contribuirán a difundir este mensaje diversos personajes famosos. Por último, cuando celebremos el Día Internacional de la Paz con los líderes mundiales reunidos en Nueva York con motivo del sexagésimo cuarto período de sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas, proclamaré este mensaje sencillo pero rotundo: ¡Debemos poner fin a las armas!