El presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, afirmó este lunes, 15 de junio, que la crisis económica mundial y el desempleo no son culpa de los “inmigrantes y pobres del mundo”, durante su primer discurso en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, en Ginebra.
Lula reforzó el ejemplo de leyes para regularizar la situación de trabajadores extranjeros en Brasil, aprobadas recientemente por el Consejo Nacional. *“En Brasil, acabamos de legalizar cientos de miles de inmigrantes que vivían ilegalmente en el país. Para dar una respuesta, una señal a los intolerantes, aquellos que inmediatamente quieren encontrar a los responsables de su propia desgracia, o de su desempleo”*, dijo Lula según informó la BBC.
*“No son los inmigrantes, o los pobres del mundo, los responsables de la crisis. Los responsables de la crisis son los mismos que por mucho tiempo sabían como enseñar a administrar los Estados. Sabían como inmiscuirse en los Estados pobres de América Latina y de África.”*
Para el presidente, *“esos mismos señores que sabían de todo un tiempo atrás, hoy no saben nada. No consiguen explicar cómo hacían tantos juicios sobre las políticas de los países pobres y que ni siquiera tienen una palabra para analizar la crisis de los países ricos”*.
**El papel del Estado para garantizar los derechos económicos**
En otro momento de su discurso, el presidente hizo una relación entre derechos económicos y derechos humanos.
*“La realización de los derechos económicos es importante para preservar los derechos civiles y políticos, para consolidar el Estado de Derecho, y para construir sociedades democráticas, justas y prósperas”*, afirmó Lula.
*“En Haití, dimos un nuevo significado a las operaciones de paz de la ONU al demostrar que, para obtener la verdadera paz, no basta combatir la violencia con la fuerza de las armas; se debe, al contrario, promover el desarrollo económico y con él, la inclusión y la justicia social”*, continuó.
*“La crisis financiera que nació de la desregulación de las economías más ricas, no será pretexto para incentivar el no cumplimiento de las obligaciones de cada Estado con la promoción y protección de los derechos humanos. Tampoco debe conducir a que no se cumplan compromisos con los más necesitados”*, resaltó Lula.