La Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó el Día Internacional de la Paz en 1981 para “conmemorar y fortalecer los ideales de paz en cada nación y cada pueblo y entre ellos”. Veinte años más tarde, la Asamblea General decidió que el 21 de septiembre fuese el día en que anualmente se observase la fecha como “día de cesación del fuego y de no violencia a nivel mundial … realizando, entre otras cosas, actividades educativas y de sensibilización de la opinión pública, y a colaborar con las Naciones Unidas en el establecimiento de una cesación del fuego a nivel mundial”.
Este año, en el que conmemoramos el sexagésimo aniversario de la Declaración Universal de Derechos Humanos y el sexagésimo aniversario de las operaciones de las Naciones Unidas para el mantenimiento de la paz, el Día Internacional de la Paz brinda la oportunidad de destacar la relación crucial que existe entre la paz y los derechos humanos, que se reconocen cada vez más como inseparables.
En el período que siguió a la Segunda Guerra Mundial, los dirigentes mundiales reconocieron que “el desconocimiento y el menosprecio de los derechos humanos han originado actos de barbarie ultrajantes para la conciencia de la humanidad” que habían impedido “el advenimiento de un mundo en que los seres humanos, liberados del temor y de la miseria, disfruten de la libertad”. Hoy día seguimos luchando por hacer realidad esas ideas.
En conmemoración del Día Internacional de la Paz, el Secretario General de las Naciones Unidas Ban Ki-moon hará sonar la Campana de la Paz en la Sede Organización en Nueva York el viernes 19 de septiembre, acompañado de los Mensajeros de la Paz de las Naciones Unidas. Las oficinas y misiones de mantenimiento de la paz en todo el mundo.